El bombardeo al convoy con ayuda cerca de Alepo dejó una veintena de muertos

EUROPA PRESS

"Alrededor de una veintena de civiles y un miembro del personal de la SARC murieron cuando descargaban los camiones que transportaban ayuda humanitaria vital", han denunciado, precisando que "buena parte de la ayuda quedó destruida" lo que priva a miles de civiles de la necesaria asistencia médica y alimentaria.

"Estamos completamente devastados por las muertes de tantas personas, incluido uno de nuestros colegas, el director de nuestra subsección, Omar Barakat", ha afirmado el presidente de la SARC, Abdulrahman Attar, destacando que el trabajado fallecido era "un miembro comprometido y valiente" que trabajaba de "forma incansable para aliviar el sufrimiento de los sirios".

"Es completamente inaceptable que nuestro personal y voluntarios sigan pagando tal alto precio por el continuado conflicto", ha lamentado Attar.

Por su parte, el presidente del CICR, Peter Maurer, ha considerado que lo ocurrido ayer supone "una flagrante violación del Derecho Internacional Humanitario, algo que es totalmente inaceptable". El hecho de que no se respete a los trabajadores humanitarios "podría tener serias repercusiones en las operaciones humanitarias en curso, privando por tanto a millones de personas de ayuda esencial para su supervivencia", ha advertido.

El presidente de la FICR, Tadateru Konoé, ha aprovechado para hacer un llamamiento a "la comunidad internacional a garantizar la protección de los trabajadores humanitarios y voluntarios". "No somos parte de este conflicto", ha subrayado.

Los tres organismos han recordado que Siria es uno de los conflictos más peligrosos para los trabajadores en el mundo a nivel mundial. Desde que comenzó el conflicto, 54 trabajadores y voluntarios de la SARC han perdido la vida mientras realizaban su labor.

POSIBLE CRIMEN DE GUERRA

Por su parte, el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O'Brien', ha advertido de que "si este cruel ataque se averigua que fue un ataque deliberado contra trabajadores humanitarios, equivaldría a un crimen de guerra".

"Pido una investigación inmediata, imparcial e independiente de este incidente mortal. Los autores deberían saber que algún día rendirán cuentas por las violaciones del Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos", ha añadido en un comunicado.

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