Duterte no descarta "invadir" una isla considerada como bastión del grupo terrorista Abú Sayyaf

  • El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha asegurado este miércoles que podría ordenar "invadir" una isla que está considerada como un bastión del grupo terrorista islamista Abú Sayyaf para "poner fin al juego", después de que los milicianos del grupo intentaran la semana pasada secuestrar a varios turistas en otra isla.
Reuters/EP
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Duterte ha ofrecido una recompensa de dinero en metálico para quienes capturen vivo o muerto a los seis milicianos de Abú Sayyaf que permanecen huidos tras haber estado un día combatiendo contra las fuerzas de seguridad en la isla de Bohol, un enfrentamiento que dejó seis terroristas muertos y cuatro agentes de las fuerzas de seguridad filipinas.

El enfrentamiento a tiros en Bohol llegó después de que varios países occidentales aconsejaran a sus ciudadanos que no viajen a las islas de la zona central del archipiélago de Filipinas por informes de Inteligencia sobre riesgo de secuestros. Los enfrentamientos se registraron después de que las autoridades fueran informados de la llegada de varios hombres armados en barcos.

Duterte ha subrayado que el grupo terrorista Abú Sayyaf no debería tener posibilidades de aumentar su radio de acción. "Quizá podría invadir Jolo", ha asegurado el presidente de Filipinas, tras una reunión sobre seguridad mantenida en Tagbilaran, en Bohol. "Todo el Ejército y la Marina irán allí. Habrá batalla. Eso es lo que quiere y yo se lo daré", ha explicado.

El mandatario ha asegurado que dará orden para acabar con los milicianos de Abú Sayyaf. "Deben quedarse ahí. Mi orden a la Marina es hacerlos volar, sin rendiciones. Disparar los cañones, destruirlos", ha asegurado.

Abú Sayyaf tiene sus raíces en el separatismo y las Fuerzas Armadas filipinas creen que algunos de sus miembros podrían estar relacionados directamente con terroristas de Estado Islámico asentados en Oriente Próximo. Sus actividades se centran, sin embargo, en la piratería, el bandidaje y los secuestros. El grupo ha decapitado a varios rehenes por no haber recibido el rescate que exigía.

Duterte ha afirmado que quiere que los civiles apoyen la búsqueda de los milicianos responsables del ataque de Bohol y ha ofrecido una recompensa de seis millones de pesos (unos 112.000 euros) por cada uno de los seis fugitivos.

El mandatario filipino ha alertado de que Abú Sayyaf podría intentar generar "un desastre" coincidiendo con la reunión de responsables de Comercio de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN). Además, se ha mostrado partidario de armar a los civiles y les ha emplazado a matar a los milicianos de Abú Sayyaf pero también a los drogadictos que estén armados.

La campaña de guerra contra la droga puesta en marcha por Duterte desde que llegó al poder en 2016 ha acabado con la vida de cerca de 9.000 personas. "Mi orden es vivo o muerto. Mi enemigo son las drogas y los terroristas. Los drogadictos tienen armas. Casi todos ellos están de verdad paranoicos", ha concluido.

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