El gasto público de Andalucía o Extremadura duplica el de Cataluña o Madrid

A la España de las dos velocidades se le gripó el motor hace cuatro años, cuando la crisis económica arrasó con todo lo conseguido durante los años de bonanza económica. Las autonomías ricas son más ricas y las pobres siguen igual de pobres. Ni siquiera un mayor gasto público de las rezagadas impide que sigan a la cola.

Tres décadas y media de democracia, financiación autonómica y solidaridad interregional han arrojado una situación en la que cinco autonomías (País Vasco, Navarra, Madrid, Aragón y Cataluña) están muy por encima de la media y Andalucía muy por debajo de ella.

Extremadura, Castilla-La Mancha o Murcia, pese a situarse en el rango inferior a la media, se han desarrollado "de forma aceptable".

Las comillas y las consideraciones pertenecen al último Balance Económico Regional realizado por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) y que repasa la evolución de autonomías y provincias desde el año 2000 al ejercicio de 2010, último año del que hay suficiente información a este nivel.

Del análisis se desprende que Andalucía y Extremadura, pese a todo, no han escatimado esfuerzo alguno en intentar acercarse a la media nacional. En el último año del estudio, por ejemplo, los andaluces destinaron el equivalente al 27% de su renta interior bruta a gasto público y Extremadura, hasta el 34,37%.

Ambas cifras son ampliamente superiores a la media regional de reservar en torno al 20% de su capacidad productiva al consumo de las Administraciones y contrastan con las que menos recurren a este gasto en proporción a su riqueza: Madrid, con el 13,64%; y Cataluña, con el 14,89%.

Aunque si existe una autonomía que consume poco en lo que respecta a su gestión (por lo menos en el año 2010, dado que ha sido una de las que peor ha evolucionado en 2011) es Baleares, con sólo el 12,27% sobre el total de su renta bruta.

La Rioja (16,56%), Comunidad Valenciana (17,12%), País Vasco (17,89%), Navarra (19,64%) son las otras autonomías que no alcanzan el promedio.

Si las diferencias entre regiones sigue siendo tan acusado en lo público, el consumo privado es más homogéno y no se detectan grandes variaciones desde la media del 59,88% de la renta bruta. Murcia, de hecho, es la que más dedica con apenas el 62,55%, ni a tres puntos de distancia. La que menos, Navarra, tampoco se aleja mucho más: el 56,36%.

Las deficiencias, por lo tanto, las marca el gasto público y la descompensación se ratifica en cuanto se contempla el saldo exterior de la región (la resta de lo que compra de fuera y lo que vende a otras autonomías).

Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León son las que más números rojos presentan en esta balanza. Las que arrojan mayor superávit, en cambio, son Baleares, Navarra, Madrid, País Vasco y Cataluña, siempre según el estudio realizado para Funcas por el investigador Pablo Alcaide.

Una cuestión de solidaridad

La conclusión es que "las economías menos desarrolladas en el mapa económico español compensan su menor nivel con la balanza de pagos deficitaria".

¿Cómo se soluciona todo ello al final? Financiándose a través de las transferencias públicas entre regiones "y en buena medida por el sector privado, que invierte en las áreas menos favorecidas mejorando su demanda interna", resalta el informe, que termina asegurando que todo ello "es el fruto derivado de una política interregional, que hoy parece ponerse en cuarentena por quienes deberían sostenerlo y fomentarlo".

Aun así, y pese a esta defensa de la ayuda entre comunidades favorecidas y menos desarrolladas, no ayuda otro dato demoledor, como es el de las provincias menos han logrado converger con Europa tras tanta inyección comunitario y trato preferencial en las ayudas.

Al cierre del año 2010, la provincia que más alejada se encontraba de los parámetros de Bruselas es Granada, con un índice de 69,17 (la media es 100). Jaén, Guadalajara, Alicante, Toledo y Cádiz no llegan al 75.