Irlanda, Grecia, Portugal y … ¿qué pasa con la ‘ese’ de los PIGS?

  • La bola de nieve que atrapa a las economías más frágiles de Europa gana velocidad. Primero cayeron los bancos irlandeses; después, toda la economía griega; y ayer le tocó el turno a Portugal, a costa de la rebaja de la calificación de su deuda por parte de Fitch. ¿Será España el siguiente?
Enrique Utrera

La bola de nieve que atrapa a las economías más frágiles de Europa gana velocidad. Ayer fue el turno de Portugal a costa de la rebaja de la calificación de su deuda por parte de Fitch y hoy y mañana la maltrecha Grecia acaparará todo el interés de la cumbre europea que comienza en Bruselas.

De Irlanda, aquel viejo compañero de España en lo que a crecimientos desmesurados y burbuja inmobiliaria se refiere, ya casi nadie se acuerda. Su sistema financiero reventó hace tiempo.

¿Y España? Nuestros dirigentes se están aplicando como nunca en la labor de lobby para impedir que Alemania se quite de en medio en esa tarea gigantesca que consiste en sacar a Grecia del agujero. El ataque de solidaridad que le ha dado al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, no puede estar más justificado. Como Merkel –y el FMI, de paso- no tire del carro heleno, van a venir muy mal dadas.

La Europa ‘pobre’ está pidiendo a Alemania que haga un ejercicio de "responsabilidad y solidaridad". Del segundo valor ya sabemos que no andan sobrados ni la UE ni sus dos principales locomotoras en plena crisis económica. Claro que tampoco daban ejemplo sus integrantes en aquellos tiempos felices que parecen tan lejanos.

Cuidado con el hipotético apoyo germano, porque la cosa se complica: en mayo hay elecciones en Renania-Westfalia, el Estado más pujante y rico de Alemania. Está por ver que sus habitantes estén por la labor de tirar de un carro, el griego, que exige un esfuerzo descomunal añadido al que ya han tenido que realizar ellos mismos durante la crisis.

De vuelta a casa, los números hablan. Ayer, la bolsa española recibió un castigo de algo más del 1%. Aparentemente no es como para ponerse a temblar. Pero sí debe ser tomado como un aviso, y muy serio, para navegantes. Primero, porquela del Ibex fue la mayor caída entre los grandes índices europeos. Y segundo, porque las ventas se cebaron en un transatlántico como Banco Santander. Ninguno de nuestros blue chips se salvó de la quema bajista ayer.

Tiene razón Durao Barroso cuando asegura que ayudar a Grecia es ayudar a la estabilidad de toda la Eurozona. Bien lo saben nuestros responsables económicos, que han perdido un tiempo precioso para tomar decisiones tan duras como necesarias para la reducción del déficit público, que se ha convertido en una losa casi imposible de gestionar.

Toda la estrategia del Gobierno Zapatero ha girado en torno a una recuperación milagrosa de la economía estadounidense que no ha llegado. Ahora no queda otra que esperar clemencia del amigo alemán.La ‘ese’ de los PIGS sabe que no disfruta de la bula de los inversores internacionales, que ya le lanzaron un duro a principios de año y que no han dejado ni un segundo de tener a España en el punto de mira.

El asunto es claro: ¿Qué más puede hacer España por su cuenta para evitar seguir el camino de, sin ir más lejos, Portugal? De momento, confiar en que en nombre de la estabilidad económica de la zona euro, Ángela Merkel ponga a trabajar la chequera. Hoy empezará a desvelarse el misterio.

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