La Eurozona busca hoy un acuerdo sobre Grecia para frenar el contagio a España e Italia

  • El Eurogrupo se reúne hoy para tratar de alcanzar un acuerdo "de mínimos" sobre el segundo rescate de Grecia y evitar así un posible contagio de la crisis a Italia y España. El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha advertido de que "la situación es muy grave" y por ello ha pedido "responsabilidad" a los líderes europeos.
Europa Press

Los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la Eurozona celebran este jueves una cumbre de emergencia para tratar de lograr un acuerdo "de mínimos" sobre el segundo rescate de Grecia con el objetivo de frenar el contagio de la crisis de deuda a España e Italia.

El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, ha reclamado "responsabilidad" a los líderes y también al Banco Central Europeo (BCE) y ha avisado de "consecuencias negativas" para toda Europa si no se logra un compromiso.

"Nadie debe engañarse. La situación es muy grave. Exige una respuesta o, de lo contrario, las consecuencias negativas se sentirán en todos los rincones de Europa y más allá", ha dicho Barroso en una breve declaración a la prensa sin admitir preguntas.

"Pido a todos los líderes que muestren la ética de la responsabilidad europea", ha exigido el presidente de la Comisión. "Los líderes deben llegar a la reunión diciendo lo que pueden hacer, lo que quieren hacer y lo que harán. No lo que no pueden hacer o lo que no harán. Es lo que les pido", ha resaltado, en una referencia indirecta a la canciller alemana, Angela Merkel.

"Hay también una responsabilidad del BCE. La solución exigirá que todos los actores asuman plenamente su responsabilidad", ha insistido.

"El euro es un de nuestros mayores activos. Sus beneficios superan ampliamente el esfuerzo que se exige a los Estados miembros en los diferentes bandos de la negociación. No nos lo podemos tomar a la ligera o de lo contrario la historia juzgará a esta generación de líderes con dureza", ha avisado Barroso.

Obama presiona a Merkel

En las últimas horas se han multiplicado las presiones sobre Merkel, que este martes dijo que no había que esperar "una solución espectacular" para Grecia en la cumbre, para que desbloquee el acuerdo. El presidente estadounidense, Barak Obama, ha insistido a Merkel por teléfono que es necesario resolver la crisis de la eurozona por el bien de la economía mundial. También el FMI ha exigido a los países del euro una solución urgente.

Y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha viajado a Berlín este miércoles para reunirse con la canciller alemana en busca de un principio de acuerdo. Para Francia, la cumbre debe servir para "dar un paso esencial para fijar las condiciones de un nuevo paquete (de ayudas) para Grecia que haga más sostenible la deuda griega", ha dicho el ministro de Economía, François Baroin, en una entrevista con la radio francesa 'France Info'.

La canciller alemana ha rectificado su posición escéptica y ha asegurado este miércoles por boca de su portavoz tener "mucha confianza en encontrar una buena solución" durante la cumbre del Eurogrupo.

La reunión estará precedida por un encuentro de los representantes de los primeros ministros y los viceministros de Economía de los países de la eurozona para acabar de preparar las diferentes opciones. El encuentro, al que asistirán el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, y el director de la Oficina Económica del Gobierno, Javier Vallés, estaba previsto para este miércoles pero se ha retrasado.

110.000 millones para el segundo rescate

Los líderes europeos preparan un segundo rescate para Grecia que ascenderá a alrededor de 110.000 millones de euros para cubrir las necesidades de financiación del país hasta 2014. Lo hacen tras constatar que el plan aprobado el año pasado (por valor de 110.000 euros) no permitirá a Atenas volver al mercado el año que viene como estaba previsto.

El principal escollo sigue siendo cuál debe ser la contribución de la banca a este segundo rescate, una exigencia de Alemania y Países Bajos para contentar a sus opiniones públicas. Ambos países exigen que esta contribución sea sustancial (de alrededor de 30.000 millones, según la estimación de Bélgica), incluso aunque el mercado y las agencias de 'rating' lo interpreten como un impago.

Enfrente tienen al Banco Central Europeo (BCE), apoyado por países como España, que se oponen a cualquier declaración de impago por considerar que provocará un efecto contagio al resto de países de la eurozona similar a la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha dejado claro que si hay impago no aceptará la deuda griega como garantía para inyectar liquidez a los bancos, lo que supondría la quiebra del sistema financiero del país.Tasa bancaria

Las dudas y vacilaciones de los líderes europeos de las últimas semanas han agravado el contagio de la crisis de deuda a Italia y España.

Sobre la mesa del Eurogrupo hay en estos momentos múltiples opciones. Cobra fuerza la creación de una nueva tasa a los bancos, incluso a los que no tienen deuda griega, que serviría para financiar el segundo rescate. La tasa permitiría recaudar 30.000 millones de euros en tres años, tal y como quiere Alemania, y su ventaja es que no sería considerada como impago como pide el BCE. El sector financiero ya ha expresado su oposición.

También se estudia flexibilizar el fondo de rescate de 750.000 millones de euros para que preste dinero a Grecia, que usaría el dinero para comprar sus propios bonos a inversores en el mercado secundario.

Con este plan de recompra, que ya se barajó a principios de año pero fue vetado por Alemania, Grecia adquiriría sus bonos a un precio inferior a su valor nominal, aplicando de hecho una quita y reduciendo así su carga de deuda pendiente.

Otra opción consiste en invitar a los bancos a reinvertir el 70% de sus ingresos por los bonos griegos que venzan en los próximos años en deuda nueva a 30 años. Se trata del plan francés que ya ha sido calificado por la agencia Standard and Poor's de impago parcial. Los países de la eurozona han prometido además rebajar los intereses que cobran a Grecia por los préstamos y alargar los plazos de devolución.

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