Los grandes bancos españoles ya han hecho cuentas sobre cómo les va a afectar la reforma financiera aprobada el pasado viernes por el Consejo de Ministros.
De momento, sólo tres entidades han anunciado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) cuántas provisiones adicionales deben realizar para cumplir con la nueva normativa: Banco Santander, BBVA y CaixaBank. Es decir, cuánto dinero de más tienen que guardar en su colchón de seguridad.
Por ejemplo, el banco presidido por Emilio Botín debe ampliar sus dotaciones en 2.300 millones, mientras que la entidad liderada por Isidro Fainé debe provisionar otros 2.436 millones. BBVA, por su parte, ampliará sus provisiones en 1.360 millones.
En total, las tres grandes entidades de nuestro país suman 6.096 millones de euros. Esta cantidad representa un 12,2% de los 50.000 millones en los que el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha cifrado las necesidades del sistema financiero español para 2012.
No obstante, estas compañías han hecho hincapié en que estas provisiones son adicionales, lo que significa que el dinero que guardarán en su hucha será muy superior. De hecho, según estiman los tres bancos, sus dotaciones deben llegar a 11.281 millones en total (es decir, el 22,5% de los 50.000 millones); de ellos, 4.000 millones corresponden a BBVA; 4.100, a Santander, y otros 3.181 millones a CaixaBank.
Caso por caso
Cada entidad ha explicado de manera individual a la CNMV cuál es su plan para alcanzar los objetivos que exige el Gobierno.
Por ejemplo, en el caso de BBVA, las dotaciones para cumplir la exigencia se sitúan en 4.000 millones (es decir, un 8% de la cifra de todo el sistema financiero), pero, como el banco había anticipado esta medida y había guardado alrededor de 2.800 millones, el impacto final será de 1.360 millones.
CaixaBank, por su parte, ha anunciado que, de los 2.436 millones que necesita, un total de 955 millones derivan de la provisión genérica del 7% sobre activos clasificados como normales, mientras que la provisión de 1.835 millones existente a fecha del pasado 31 de diciembre le permitirá "absorber cómodamente el impacto de los nuevos requerimientos de provisiones".
En el caso de Banco Santander, las provisiones extra suman 2.300 millones porque la entidad ya guardó 1.800 millones de los resultados de 2011. Por eso, le quedan pendientes 2.300 millones para llegar a los 4.100 millones que necesita.
Sin fusiones a la vista
El hecho de que Santander, BBVA y CaixaBank necesiten guardar ese dinero hace suponer que no están pensando en fusionarse con otra entidad para cumplir con los nuevos requisitos, ya que el Gobierno daba hasta dos años cuando hubiera un proceso de unión de por medio.
En caso contrario, el plazo termina el 31 de diciembre de este año. Por eso, y como estas tres entidades estiman estiman que con estas provisiones extra ya cubrirán lo marcado por la reforma, todo apunta a que no están buscando una pareja de baile.
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