Los condicionantes del rescate a la banca impiden a Bankia cerrar su ampliación de capital en julio

  • El plan de saneamiento de la entidad y su matriz, BFA, preveía que esta última concluyera julio habiendo cerrado la inyección de 19.000 millones que necesita. Sin embargo, los retrasos en todo el proceso de saneamiento del sector financiero, y sus crecientes condicionantes, han impedido a Goirigolzarri cumplir el calendario, aunque éste fuera orientativo. Además, ahora se baraja la opción de conceder el dinero por tramos.

Ruth Ugalde

Fue el pasado 25 de mayo cuando José Ignacio Goirrigolzarri, presidente de Bankia y Banco Financiero y de Ahorros (BFA), presentó sus planes para reflotar las dos entidades. Apenas llevaba dos semanas en el cargo y ya tenía un plan de acción avalado por Goldman Sachs y el Ministerio de Economía.

Éste contemplaba que la matriz cerrara julio habiendo concluído una ampliación de capital que llevaría a cabo tras recibir los 19.000 millones de euros que necesita.

Esta cifra que permitirá a BFA quedarse con los 7.000 millones que necesita y suscribir los 12.000 millones que se inyectarán a Bankia en otra operación similar, prevista para octubre.

Pero la primera fecha prevista ha llegado y sigue sin desembolsarse ni un euro.

El retraso del saneamiento de todo el sector financiero y los crecientes condicionantes que está poniendo Bruselas a España para concederle el dinero que necesita la banca están detrás de esta dilación.

Es más, los requisitos europeos amenazan, incluso, con romper el guión previsto y abren la puerta a la posibilidad de que BFA/Bankia perciba el dinero que necesita en dos fases: una primera dirigida a cubrir las necesidades de la matriz, y otra posterior que garantice las ayudas a la filial.

Operación inmediata

Desde Economía insisten en que el saneamiento , a pesar de este retraso, será inminente, eso sí, sólo en el caso de BFA, cuya inyección rondará los 7.000 millones de euros.

Bankia, por su parte, tiene de plazo hasta octubre para llevar a cabo su ampliación de 12.000 millones, que suscribirá en su totalidad la matriz, lo que concede un margen de actuación al Estado para conceder estos fondos en una segunda fase, es decir, cuando vaya a necesitarlo la filial.

Detrás de este posible reparto en dos fases del saneamiento está el hecho de que la propia Europa haya decidido imponer tramos para ir concediendo a España el dinero que necesita para sanear el sistema financiero.

Con esta decisión, Bruselas se ha garantizado tener una moneda de cambio para obligar al Gobierno de Rajoy a ir adoptando todas las medidas necesarias para cumplir con el déficit.

Por el momento, está activada una línea de 30.000 millones, cifra que parece insuficiente si, como ha reconocido en diversas ocasiones el Ministerio de Economía, el objetivo es sanear de manera inmediata a todas las entidades nacionalizadas.

Bajo este paraguas se esconden BFA/Bankia, CatalunyaCaixa, NovacaixaGalicia y Banco de Valencia. Si sólo la entidad presidida por José Ignacio Goirrigolzarri recibe 19.000 millones de euros, ¿qué dinero queda para las otras tres?

Éste es el encaje de bolillos que está analizando ahora el equipo de Luis de Guindos. Un puzzle que seguirá incompleto hasta que terminen todas las valoraciones del sector financiero.

A la espera de las auditorías

Por el momento, las auditoras Deloitte, PWC, KPMG y E&Y remitirán hoy al Banco de España toda la información que han recopilado de las entidades y de cómo tienen clasificados los créditos inmobiliarios.

Con estos datos, junto a la consultora Oliver Wyman, iniciarán un proceso para conocer el detalle de cuánto capital necesita cada banco, trabajo que prevén tener terminado en la segunda quincena de septiembre.

A partir de aquí, Guindos tendrá la foto completa de todo el dinero que se necesita, y Rajoy, de los ajustes que debe ir cumpliendo para que Europa se lo preste.

En medio, BFA/Bankia espera su momento. Un horizonte que siempre se dice que es "inminente", aunque por el momento ya se ha incumplido.

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