¿Por qué los bancos españoles no conceden créditos a familias y empresas?

    • La escalada de la morosidad y el multimillonario colchón que debe guardar la banca obligatoriamente para cubrirse de futuros impagos son los frenos a la oferta crediticia.
    • Por el lado de la demanda, el sector financiero se queja de que los hogares y el tejido empresarial interesados en lograr un préstamo no son solventes.
Cano (BBVA) prevé que el crédito empiece a crecer en España a partir de la segunda mitad de 2014
Cano (BBVA) prevé que el crédito empiece a crecer en España a partir de la segunda mitad de 2014
Ana P. Alarcos | Bruno Pérez

No es ningún secreto: la banca española cada vez concede menos préstamos a particulares y empresas. Tampoco lo es que hasta el próximo verano no se espera que el grifo del crédito empiece a abrirse.

Pero, ¿qué hay detrás de esta sequía? ¿Es culpa de la crisis o de que no hay oferta? ¿Qué papel juegan las familias y las empresas? La respuesta es una mezcla de todos esos factores.

Las turbulencias económicas y financieras están afectando de forma directa a las grandes entidades españolas, que se están viendo obligadas a guardar buena parte de sus beneficios para cubrirse de futuros imprevistos, lo que en el sector se conoce como provisiones o dotaciones.

Y es que, por un lado, Santander, BBVA, Caixabank y la banca mediana se enfrentan a una tasa de morosidad en niveles récord. El último dato disponible es de agosto, cuando la mora se elevó hasta el máximo histórico del 12,12%. Esto significa que ya más de uno de cada diez euros no son devueltos; un escenario que golpea el negocio tradicional de los bancos: prestar dinero a un interés y cobrarlo para poderseguir prestando más dinero.

Pero lo peor es que las previsiones apuntan a nuevos récords próximamente. Joaquín Maudos, Catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, no descarta que la tasa de morosidad pueda alcanzar el 14% durante el año que viene, mientras que los analistas de la entidad portuguesa BPI incluso creen que podría dispararse hasta el 15%.

El problema es que, cuanto más alta es la tasa de morosidad, más provisiones deben realizar las entidades financieras y, por tanto, más merman sus beneficios y más reacias serán a seguir prestando.

Y eso no es todo. A esas dotaciones que debe realizar el sector para cubrirse de los impagos hay que sumar las que tienen que hacer por mandato del Banco de España. Se trata de las llamadas refinanciaciones o reestructuraciones, que son aquellas operaciones destinadas a mejorar las condiciones de un crédito con el fin de asegurar su cobro.

Ha sido una táctica habitual de los bancos españoles y, desde mayo, gran parte de estas operaciones deben ser contabilizadas en el balance de una entidad con un alto riesgo de impago. Según los cálculos de la agencia de rating Fitch, el sector tendrá que sacar de sus beneficios 10.000 millones de euros para cumplir con la exigencia del regulador.

Es complicado saber cuánto dinero tendrán que provisionar en total los bancos españoles en 2013, aunque de momento no se prevé una cifra tan escandalosa como la del año pasado. En 2012 tuvo que provisionar el récord de 42.703 millones, una cifra que llevó a pérdidas a entidades como Banco Popular o Bankia.

Hasta junio, las dotaciones ya rondaban los 12.400 millones, a los que se deben añadir las realizadas en el tercer trimestre. Santander, por ejemplo, ha guardado 2.600 millones, mientras que Caixabank ha provisionado otros 570 millones y BBVA, unos 600 millones. Por tanto, y solo sumando las cifras de las tres grandes entidades, las provisiones hasta septiembre de este año superan los 16.000 millones de euros."La demanda no es solvente"

A todos estos problemas propios del sector financiero se une otro exógeno: según fuentes del Banco de España, "la demanda no es solvente". Es decir, que las familias y las empresas que piden dinero tienen demasiados problemas como para asegurar al banco que devolverán todo lo que les presten.

¿Las razones? Hogares y empresas están en un proceso de desapalancamiento; es decir, de reducción de sus deudas. Las estadísticas del organismo que preside Luis Linde apuntan a que a cierre de agosto, la deuda conjunta de familias y tejido empresarial en España ascendía a 1,88 billones de euros. Para hacerse una idea basta recordar que esa cifra es casi dos veces el PIB de España.

Dicho endeudamiento privado está lejos del máximo que alcanzó en 2008 (la cifra total alcanzaba entonces los 2,23 millones de euros), aunque todavía no ha vuelto a niveles precrisis: debe bajar unos 83.000 millones para regresar al registro de 2006.

"La consiguiente necesidad de reequilibrar el peso relativo de los recursos propios y ajenos en la financiación de los planes presentes y futuros de gasto impone un freno a la demanda agregada de crédito", asegura Juan Ayuso, del Servicio de Estudios del Banco de España. Sus palabras dejan entrever que las familias y las empresas necesitan reajustar el dinero que tienen (recursos propios) y el que deben (ajenos).

Suma y sigue, porque esta deuda multimillonaria que debe devolverse solo es una parte de la ecuación. Ahora hay que sumar que las familias cada vez tienen menos ingresos (como consecuencia del paro y de la reducción salarial de los trabajadores) y que muchas empresas no están ganando dinero.

Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en España hay 1,8 millones de hogares con todos sus miembros en paro. A ello hay que sumar que más de medio millón de familias no tiene ningún tipo de ingresos, mientras que tres de cada cinco tiene problemas para llegar a fin de mes, tal y como calculan en la ONG Acción Familiar.

En cuanto a las empresas, y según calcula el Banco de España, cuatro de cada diez compañías sobreviven sin ganar ni un euro por su actividad.

La consecuencia de ello es que, según el último Boletín Económico del Banco de España, la probabilidad actual del riesgo de impago de las familias ronda el 8%, mientras que el de las grandes empresas se eleva hasta el 11% y el de las pymes alcanza el 20%.

Mostrar comentarios