La UE defiende ahora que los bancos italianos eran un riesgo sistémico

  • Europa justifica el distinto trato porque hay "razones regionales" para conceder las ayudas públicas a la liquidación tanto a Banca Popolare di Vicenza como a Veneto Banca.

    Desde la UE se justifica que los bancos italianos tenían que ser rescatados porque podrían provocar un contagio al sistema bancario italiano, aunque la factura ha sido cara.

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Reuters/EP
L.I.

Es una de las preguntas que circulan en el ambiente económica. ¿Por qué se ha usado un diferente rasero entre los bancos italianos y el Popular? La Comisión Europea (CE) aseguró hoy que las reglas comunitarias sobre la banca dan margen a los países para su aplicación, si bien insistió en que se han respetado las normas en los casos más recientes, incluidas las liquidaciones de Banca Popolare di Vicenza y Veneto Banca.

"Lo que hacemos es usar nuestras reglas. Estas normas dejan espacio a los Estados miembros. Los países pueden asumir su responsabilidad en relación con el supervisor único, con la Junta Única de Resolución y las ayudas de estado que vigilamos aquí, en la Comisión Europea", declaró la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.

La política danesa reconoció que se puede estar en desacuerdo con ciertas normas y discutirlas, pero reiteró que se ha respetado el reglamento, el cual deja espacio a "las diferencias en la legislación sobre insolvencia entre países".

"Para cualquier conjunto de normas, debes saber cómo y cuándo aplicar excepciones. Y las excepciones que realizamos, las aplicamos de forma muy estricta", dijo.

Además, declaró que los diferentes casos de bancos en los últimos seis meses han sido "todos diferentes" en la situación en la que se encuentran y diferentes a los ojos del supervisor, en referencia a la resolución del Banco Popular español ordenada por la Junta Única de Resolución.

La comisaria explicó que hubo "razones regionales" para conceder las ayudas públicas a la liquidación tanto a Banca Popolare di Vicenza como a Veneto Banca y, de ese modo, garantizar que las entidades dejaban los mercados pero se mantenían abiertas las líneas de crédito para los pequeños ahorradores.

También indicó que la recapitalización preventiva acordada en principio para el Monte dei Paschi di Siena se permite si el banco es solvente, capaz de ir al mercado, obtener recursos privados, cubrir pérdidas y ser viable para el futuro.

Vestager insistió en que el sistema bancario europeo "no se construye de la noche la mañana" y recordó que las historias de los sistemas bancarios en Italia, España, Alemania o Dinamarca son "muy diferentes" porque se han creado "durante siglos".

"Tras la crisis económica más profunda en la historia moderna europea, nuestro regulador y legislador nos permite emplear un conjunto de normas complejas, pero también flexibles, que permiten al sistema ser estable", subrayó Vestager, quien también recalcó que las normas de la Unión Bancaria "se pueden hacer cumplir".

Italia ha movilizado dinero público para liquidar ordenadamente a dos bancos vénetos y negocia un plan con ayudas estatales con la Unión Europea para Monte dei Paschi di Siena, dos acciones que no se podrán aplicar eternamente a todos sus bancos en dificultades.

Así lo cree el profesor de estrategia y finanzas de la Universidad Politécnica de Milán Franco Quillico que opina en declaraciones a Efe que estos planes para ayudar a estos bancos en situaciones difíciles "son necesarias, pero muy costosas para el contribuyente".

De hecho, según estima la asociación italiana de consumidores Condacons, la operación de ayuda a los bancos Veneto Banca y Banca Popolare di Vicenza costará unos 700 euros a cada familia.

"No podemos hacer una operación de este tipo para todos los bancos italianos. El ministro de Economía italiano Pier Carlo Padoan ha estado bien en convencer a las autoridades europeas de que esta era la mejor manera de proceder y ha contado con la autorización de Europa, pero no podemos aplicar estas acciones hasta el infinito", subraya.

Menos tajante se muestra el profesor de Ciencias para la Economía y Empresas de la Universidad de Florencia, Lorenzo GAI, quien opina que "es preciso barajar las alternativas".

"Esta operación es cara para los ciudadanos, pero era necesaria para asegurar el sistema bancario italiano. La alternativa habría sido peor, aunque es verdad que no se pueden aplicar estas acciones a todos los bancos. Hay que evaluar las consecuencias", dice.

El Gobierno italiano aprobó el domingo la liquidación ordenada de ambas entidades vénetas, después de que el viernes el Banco Central Europeo declarase que son inviables o están en camino de serlo.

Para la liquidación, el Ejecutivo movilizó 17.000 millones de euros, de los que inicialmente 4.785 millones irán directos a Intesa Sanpaolo, el banco comprador de la parte sana de las entidades, para mantener su capitalización y su reforzamiento patrimonial.

Los 12.000 millones restantes se conservarán como garantías estatales para afrontar situaciones derivadas de la dificultad patrimonial de las dos entidades liquidadas.

"Estamos hablando de 17.000 millones ahora, pero hay que recordar que el Fondo Atlante -un fondo de inversión creado en 2016 para ayudar al sector bancario italiano- ya metió 3.500 millones de euros, por lo que son más de 20.000 millones de euros para estos bancos, que no es poco", razonó Qillico. "¿Merecía la pena?", se pregunta: "para el sector bancario y para la economía de la región del Véneto, sí".

La operación goza del visto bueno de la Junta Única de Resolución europea (JUR), la nueva autoridad de resolución de la Unión Bancaria Europea, que consideró que la caída de los dos bancos no suponía un riesgo para el interés público por lo que podían ser liquidados según la normativa italiana.

De forma paralela, el Gobierno transalpino ultima los detalles con la Comisión Europea para el plan de ayudas estatales en el marco de las llamadas normas de recapitalización preventiva para Monte dei Paschi di Siena. Y a estos se suman los bancos salvados durante el Gobierno del ex primer ministro Matteo Renzi a finales de 2015 -Popolare Etruria, Banche Marche, Cariferrara y Carichieti-.Hay que frenar el contagio de otros bancos

"Hay que frenar el contagio de caída de otros bancos y devolver la confianza a los inversores sobre el estado del sistema bancario del país, y eso es lo que se ha intentado, pero los bancos también tienen que hacer su parte y deshacerse de los créditos tóxicos que tienen", comenta el profesor Gai.

Por su parte, Quillico se refiere a "las similitudes que han hecho algunos" entre el caso italiano y el Banco Popular español para rechazar que se trate de situaciones comparables.

"Las autoridades europeas han considerado que estos bancos vénetos eran estratégicos para la región del Véneto y para la economía del país, pero al mismo tiempo no suponían un riesgo para el interés público, por lo que la solución a la que se ha llegado no va en contra de la normativa europea", sostiene.

La agencia de calificación Moody's ha estimado en un informe que la compra por parte de Intesa Sanpaolo de estas dos entidades es positiva para "el todo sistema bancario italiano, porque ha evitado un riesgo de contagio y ha aumentado la confianza de los inversores".

Una opinión similar a la defendida por el presidente de Intesa Sanpaolo, Gian Maria Gros-Pietro, que ha explicado que se ha evitado un "efecto dominó", pues la alternativa habría sido inyectar entre 12.000 y 13.000 millones de euros al llamado fondo de resolución interbancario que se nutre de todos los bancos del país, por lo que "podría haber puesto en dificultad a algunas entidades

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