¿Ponderada o benévola? Los editoriales no coinciden sobre la sentencia a Mas

Mas descarta ser candidato en unas elecciones "según la legislación española"
Mas descarta ser candidato en unas elecciones "según la legislación española"
EUROPA PRESS

El TSJC condenó ayer a Artur Mas a una inhabilitación de dos años para ser cargo electo en el ámbito local, autonómico y estatal y a pagar una multa de 36.500 euros. No podrá volver a presentarse como candidato a la Generalitat, por tanto, en caso de que se convoquen elecciones anticipadas. No podrá hacerlo hasta 2019. 

Joana Ortega, vicepresidenta en el 9N, ha sido condenada a 1 año y 9 meses de inhabilitación para ejercer cualquier tipo de cargo público. Irene Rigau, consejera de Educación. también ha sido condenada a 1 año y 6 meses de inhabilitación para los mismos cargos. A los tres se les condena por delitos de desobediencia, en el caso de las dos mujeres como cooperadoras necesarias. El TSJC absuelve a los tres del delito de prevaricación. Los editoriales se dividen entre los que consideran corta la condena y los que creen que ha sido comedida. Condena merecida, ponderada o comedida

El diario El País cree que la sentencia ha sido ponderada. El diario de Prisa recuerda que ha sido condenado por desobedecer no por poner urnas: "Por desobedecer, no por poner las urnas, ni por cumplir ningún mandato democrático. Hasta la Comisión de Venecia del Consejo de Europa —crítica con la nueva legislación sobre el TC español— recuerda que acatar las resoluciones judiciales es el primer mandato de un demócrata."

Cree que es justo que no se les condene por prevaricación. "Por otro, al rechazar el delito de prevaricación (castigado con penas más largas) el tribunal revela una mayor ponderación de la que le atribuyen —a él y a todo el sistema judicial “del Estado”— los secesionistas."

La Vanguardia habla de sentencia comedida y en ningún caso benévola. "Tomando como referencia la petición fiscal podría hablarse de una sentencia comedida: los diez años de inhabilitación se ven reducidos a dos y no hay delito de prevaricación. No creemos, sin embargo, que pueda hablarse de una condena benévola o benigna"

El diario catalán critica que estos días Artur Mas será homenajeado por los suyos cuando justamente su partido está acorralado por la corrupción y al financiación ilegal. Defiende que no hay una mayoría clara rupturista en Cataluña pero pide al Gobierno central que la solución no puede ser únicamente con jueces y policías. "La legalidad no puede ser violentada, pero el pacto político es más necesario que nunca. La salida del laberinto, que exige tiempo, paciencia y talento, debería comportar el reintegro de derechos a los políticos ahora condenados. El Gobierno tiene instrumentos para ello."

Para el diario ABC la sentencia supone una condena merecida al separatismo.  Asegura el diario de Vocento que la decisión judicial  vale más por lo que representa de cara al futuro que por el efecto punitivo en Artur Mas y sus cooperadoras necesarias en el delito de desobediencia. Ya todos los dirigentes están avisados. Ninguno puede refugiarse en la duda sobre lo que dice el TC.

La sentencia aclara que el fiscal no persiguió las urnas sino la desobediencia, algo que puede entender incluso el separatismo. Condenas benévolas

El Mundo, quizás, sea el más duro con la sentencia del TSJC contra Artur Mas y el separatismo. Una condena testimonial por un grave desafío al Estado, así se titula el editorial. Cree que ha sentado un peligroso precedente. "Consideramos que se trata de una sentencia muy generosa para con los acusados teniendo en cuenta la gravedad de los hechos probados en la propia sentencia."

Se muestran sorprendidos por no haber condenado a Mas al delito de prevaricación. Es llamativo que los jueces reconozcan esa "arbitrariedad" en las acciones de los condenados en el ejercicio de sus funciones, pero no califiquen la arbitrariedad de "prevaricación" y reduzcan la pena a un nivel casi testimonial.

El Periódico cree que desde el punto de vista jurídico las condenas son testimoniales. "Puede argumentarse, pues, que este proceso irremediablemente manchado por la política (desde la intervención de la Fiscalía General del Estado hasta la tentación por parte del independentismo de elevar al altar del martirio político a los ya condenados) acaba, judicialmente, con unas sentencias benévolas."

Al igual que La Vanguardia, El Periódico pide que la única solución es la negociación y lanza un dardo a Mas diciendo que es un líder débil. La suma de la inhabilitación al escándalo de la corrupción de la antigua Convergència hace que ni legal ni políticamente Mas sea un líder sobre el cual ni el PDECat en particular ni el independentismo en general pueda aspirar a aglutinar una mayoría social.

Una condena benévola que aparta a Mas, titula La Razon su editorial. Un editorial que se queda a medio camino entre todas las anteriores. Por un lado asegura que es una sentencia benévola, a la espera de que saber qué pasa con el delito de prevaricación, y pero por otro reconoce una fuerte carga simbólica en la condena. 

Sin duda, la opinión pública percibirá como escasos los dos años de inhabilitación para ejercer cargo público al que ha sido sentenciado Mas –un político que no sólo cometió un delito de desobediencia a una resolución judicial cuando ejercía como representante ordinario del Estado en Cataluña, sino que ha impulsado un proceso que constituye un ataque frontal a la Constitución y al principio de la soberanía nacional–, pero, en cualquier caso, se trata de la demostración palpable de que en España la Justicia funciona para todos y de que las resoluciones judiciales están hechas para cumplirse.

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