Una vez más, las descalificaciones, los ataques directos y el 'y tú más' se han apoderado del Congreso de los Diputados. El esperado cara a cara de Mariano Rajoy y Alfredo Pérez se ha vuelto a quedar en un concurso de ironías, datos vagos y pocas soluciones a los problemas que de verdad preocupan a los españoles, como el paro, los desahucios, la corrupción o la sanidad.
Rajoy y Rubalcaba han pintado una España opuesta durante el Debate sobre el estado de la Nación. El presidente del gobierno ha centrado su intervención en la luz que han aportado sus reformas a la economía de nuestro país y culpando, una vez más, a "la herencia" de la situación actual.
Por su parte, el líder de la oposición ha dibujado una realidad catastrófica. Ha dibujado España como un país en caída libre en el que los trabajadores no hacen más que perder derechos, la sanidad ha dejado de ser universal y las familias viven con la espada de damocles del desahucio sobre su cabeza, y su gran propuesta fue la creación de un fondo de 1.000 millones de euros para luchar contra la pobreza.
Para Rubalcaba, el primer año de Gobierno del PP se resume en "recesión, desempleo y desigualdad". Según el portavoz del PSOE en el Congreso, estamos intentando salir de la crisis "siempre a costa de los mismos" y ha defendido que "mientras los sueldos de los trabajadores bajan, los de los directivos no han parado de subir".
Argumento opuesto al del presidente del Gobierno, que ha mantenido que "la reforma laboral ha salvado a muchas empresas de la quiebra". Además, Rajoy ha defendido que todos los españoles se están sacrificando y defiende que la subida de impuestos ha sido equitativa "y por eso el 80% de carga del gravamen ha sido soportada por el 20% de la población".
Educación y Sanidad
Los grandes problemas que pueden lastrar el futuro del estado del bienestar en nuestro país han pasado de puntillas por el debate, entre cruce de acusaciones. Mientras que Rubalcaba ha acusado al Partido Popular de planear una reforma educativa "que solo sirve para discriminar", Mariano Rajoy ha perdido la oportunidad de convencer a los detractores de su proyecto educativo con argumentos.
El líder popular se ha limitado ha afirmar que "el modelo actual, un sistema que deja a uno de cada cuatro alumnos en la cuneta, no funciona" y ha criticar al PSOE por pretender continuar "con un modelo fracasado".
En cuanto a la sanidad, más de lo mismo. Rubalcaba pidiendo "por ley" una sanidad gratuita y universal "que se financie exclusivamente con impuestos" para evitar que "miles de personas mayores dejen sus tratamientos porque prefieren emplear el dinero de sus medicinas a mantener a los suyos", y Rajoy recordándole que con los socialistas en el Gobierno el agujero de la sanidad llegó a los 16.000 millones de euros.
Corrupción
Se esperaba que la corrupción fuese uno de los temas centrales de la argumentación de los dos principales líderes políticos, pero ni siquiera ahí estuvieron a la altura. Después de que en su discurso de esta mañana Rajoy asegurase que "es algo que pasa en todos los países" y anunciase mayores recursos para luchar contra esta lacra, Rubalcaba se ha limitado a hablar del problema como "veneno para la democracia".
El líder socialista no quiso o no se atrevió a preguntar directamente al presidente del Gobierno sobre el 'caso Bárcenes'. De hecho, el nombre del extesorero del PP únicamente apareció una vez, ya al final del cara a cara.
Rajoy salió airoso del trance de dar explicaciones sobre los sobres e incluso se permitió hacer de la corrupción un arma arrojadiza contra Rubalcaba y el Partido Socialista: "Mi partido no ha sido condenado por financiación ilegal, el suyo sí".
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