Cuba: ¿qué cambiará en la isla tras el VII Congreso del Partido Comunista?

Cuba surca vientos de cambio como nunca antes en más de medio siglo. En los últimos tiempos la isla ha sido epicentro de acontecimientos históricos que marcarán su futuro como país.

La visita de Barack Obama, el restablecimiento de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, las inevitables renovaciones en la cúpula dirigente del Partido Comunista y, principalmente, el trazado de caminos que intentarán delinear (tarde o temprano) al sucesor de Raúl Castro como Jefe de Estado, son aspectos cruciales que indican una nueva era.

En este contexto, ayer ha sido clausurado el VII Congreso del Partido Comunista. Un millar de delegados y 280 invitados especiales se dieron cita durante tres días días en el Palacio de las Convenciones de La Habana, que tuvo como broche de oro la presencia de un Fidel Castro ovacionado, en una imagen que quedará para el recuerdo.

Algunas de las decisiones que allí se adoptaron no son meramente simbólicas. Todo lo contrario, se ajustan a los cambios y nuevos rumbos de un país que ha decidido dejar atrás una parte sustancial de su 'ADN histórico'. La clausura del congreso cubano ha dejado, entre otras cosas, la certeza de que hay que acabar de hacer despegar la economía o, lo que es lo mismo, que hay que emprender un cambio importante de estilo.

En la isla hoy proliferan las pequeñas y medianas empresas privadas, que acompañan un ciclo de reformas económicas emprendidas hace cinco años. Claro que la estructura estatal seguirá siendo siempre la forma principal de gestión económica en el modelo socialista cubano, pero eso no implica la posibilidad de considerar nuevos elementos en el modelo de gestión.

"No somos ingenuos, ni ignoramos la influencia de poderosas fuerzas externas que apuestan a lo que llaman el empoderamiento de las fuerzas no estatales de gestión, con el fin de generar agentes de cambio en la esperanza de acabar con la revolución y el socialismo en Cuba", ha manifestado Castro durante el Congreso.

Este congreso ha contado con cuatro comisiones, y en una de ellas no en vano se ha discutido “la conceptualización del modelo económico y social socialista cubano". Allí se ha analizado un plan de desarrollo de cara al 2030, la visión de la nación, sus ejes y sectores estratégicos, algo que hasta hace unos años era impensable en la agenda de debate cubano.

Por otra parte, entre los presentes en el Palacio de las Convenciones de La Habana surgió una tendencia evidente: apenas el 5% de los delegados era menor de 35 años. Casi todos los miembros del Buró Político supera hoy los 70. Por eso no resulta menor una de las decisiones claves que se han tomado en el Congreso: el límite de edad de 60 años para el Comité Central, y de 70 años para el Secretariado y Buró Político.La sucesión

Raúl Castro ha resultado reelegido como primer secretario del Partido Comunista, pero dejará su cargo en 2018. Actualmente José Ramón Machado Ventura, el número 2 del partido, asoma como su relevo natural, pero tiene 85 años. Es vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros y mantiene su cargo al frente del Secretariado del PCC.

Entre los nombres para la sucesión habrá que tener en cuenta a los cinco que se incorporan al BP: entre ellos el de tres mujeres: Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario de la Central de Trabajadores de Cuba; Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública; Miriam Nicado García, rectora de la Universidad de Ciencias Informáticas; Teresa Amarelle Boué, secretaria General de la Federación de Mujeres Cubana; y Marta Ayala Ávila, subdirectora del Centro de Ingeniería y Biotecnología.

Por otra parte, el Congreso ha determinado la realización en los próximos años de un referendo constitucional para "ajustar la Carta Magna y reflejar todos los cambios que vamos haciendo", dijo Castro. Inmediatamente, aclaró que la reforma a la Constitución mantendría el carácter "irrevocable" del socialismo y el papel del Partido como "vanguardia en nuestra sociedad".