Hay tanta gente fina en los papeles de Panamá que uno casi siente ser un pardillo, un paleto por no aparecer en ellos. Jefes de Estado en ejercicio o retirados, directores de cine, gente de la nobleza, artistas. El escándalo continuará, hay grupos o naciones ( Rusia y Ucrania, por ejemplo) interesados en airear la caca del vecino a riesgo de que salga la tuya.
Adelantemos que el hecho de que aparezca tu nombre no quiere inevitablemente decir que has delinquido. Puede ser un pecadillo de juventud y que ya no tuvieras esa offshore, puede que estuvieras al corriente con el fisco de tu país…
La lista, con todo, trae más sorpresas. La Policía suiza ha entrado en las Oficinas de la UEFA y resulta que el flamante presidente de la FIFA, el sucesor de Blatter, había firmado una venta de derechos con gente turbia, los Jinkins procesados en Argentina. La defensa del presidente es plausible, “vendimos los derechos al mejor postor, y no sabíamos que fuera gente turbia. .”. Ocurre, además, que un miembro del Comité etico de la FIFA, el uruguayo Damiani dimite hoy por aparecer también su nombre. Platini, antiguo presidente de la UEFA e importante en la FIFA, también fue pillado con las manos en las patatas.
La FIFA necesita una inspección externa que es remisa en aceptar. Las adjudicaciones de los Mundiales de Qatar y Moscú, por supuesto que Putin dijo que las denuncias eran una maniobra occidental y de Estados Unidos para desprestigiar a Rusia, no huelen bien. Hay fundadas sospechas de que varios electores fueron sobornados. Uno no sabe si concluir que el fútbol atrae a corruptos o si la cantidad de dinero que mueve tienta. La FIFA ha generado 5.200 millones de dólares entre el 2011 y el 2014. El maná procede, sobre todo, de los Mundiales. El de Brasil le aportó 4.500 millones de los que hay que restar 2.150 de gastos. Un dineral. La UEFA posee la mina de oro de la Champions. La del 2014-15 le reportó 1.345 millones de euros.
Aunque los rumores sobre cambalaches eran conocidos hace tiempo, el gran revelador de las chapucerías de Blatter y compañía fue un periodista de más de 70 años, Andrew Jennings que ya publicó un libro hace diez años titulado “Foul. El mundo secreto de la Fifa, sobornos, pucherazo y….”. Volvió a la carga con otro hace dos años. Blatter se sintió vejado, lo negó todo, y tuvo que llegar el F.B.I yanqui y descubrir el pastel. Dimitió. ¿ Como pudo engañar a tanto directivo tanto tiempo? Algo huele a podrido en el reino del fútbol.
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