A Obama no le queda más remedio que apostar por la reelección

  • La pérdida de la mayoría en la Cámara de Representantes bloquea cualquier intento del presidente de abordar asuntos como la reforma migratoria o la extensión del plan de estímulo económico. El mandatario está obligado a allanar el camino de su reelección si quiere terminar de aplicar su programa electoral.
La pérdida de la mayoría en la Cámara de Representantes bloquea cualquier intento del presidente de abordar asuntos como la reforma migratoria o la extensión del plan de estímulo económico.
La pérdida de la mayoría en la Cámara de Representantes bloquea cualquier intento del presidente de abordar asuntos como la reforma migratoria o la extensión del plan de estímulo económico.
EFE
Roberto Arnaz, Los Ángeles

"Toda nuestra agenda corre peligro". Horas antes de que se cerraran los colegios electorales, Barack Obama confesaba el mayor de sus temores en una de las muchas entrevistas radiofónicas que el presidente estadounidense realizó ayer desde el Despacho Oval. Su única intención era movilizar masivamente al voto a los simpatizantes demócratas indecisos. Y lo consiguió, aunque sólo a medias. El partido republicano venció en la batalla electoral de la noche del martes y se hizo con el control de la Cámara de Representantes, al superar holgadamente el listón de 39 escaños que necesitaban para el triunfo. En una noche electoral de las más desastrosas que se recuerdan para los demócratas estadounidenses, al presidente estadounidense le queda el consuelo de haber mantenido, por los pelos, la mayoría en el Senado.

Obama no se podía permitir perder el control de las dos cámaras del Congreso, supondría poner en peligro los pilares políticos que le llevaron a la victoria hace dos años y una invitación a no renovar su mandato en 2012. En cualquier caso, la victoria republicana en la Cámara Baja significa un bloqueo de facto a cualquier iniciativa no se ajuste a las exigencias de los representantes republicanos. Así se lo ha hecho saber a sus rivales el que se postula como próximo presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner. "Obama ha recibido un mensaje: cambia el rumbo", aseguró exultante Boehner tras conocer los resultados electorales. Además, el político conservador afirmó que su partido debe aprovechar "el momento para remangarse y empezar a construir el futuro".

Un futuro que no se presenta nada halagüeño para el presidente estadounidense de cara a las elecciones de 2012. En los 18 meses que lleva en el poder, Obama ha conseguido poner en marcha 122 promesas electorales. Al menos así lo afirma PolitiFacts, una web política galardonada el año pasado con el premio Pulitzer, y que recoge las evoluciones del primer presidente negro a los mandos de la nación más poderosa del mundo. Sin embargo, al inquilino de la Casa Blanca aún le quedan más de 200 compromisos electorales por cumplir en sólo dos años que le quedan de gobierno y, encima, con minoría en la Cámara de Representantes. Según parece, los ilegales que viven en Estados Unidos pueden ir diciendo adiós a una amnistía generalizada enmarcada en una reforma de la ley migratoria.

Además, algunas de las propuestas en tramitación propuestas por el Gobierno federal corren el riesgo de paralizarse en las votaciones del Congreso. La primera víctima del tsunami electoral republicano será el plan de estímulo económico, concretamente el programa de infraestructuras, dotado con 50.000 millones de dólares.

Pese a todo, en el fondo los demócratas deben sentirse afortunados de haber mantenido el control del Senado. Sin el gran aliado de Obama, Harry Reid, al frente, la reforma del sistema de salud tenía los días contados. Los senadores conservadores estaban decididos a iniciar el proceso de revocación del ObamaCare, responsable principal del desgaste político sufrido por la Administración Obama.

Otro de los asuntos en los que a partir de ahora saltarán chispas será la política exterior, sobre todo en lo referente a las estrategias en Irak y Afganistán. Si bien ambos partidos están de acuerdo en el envío de nuevos efectivos para luchar contra los talibanes, los congresistas republicanos no apoyaron el repliegue de las tropas en Irak ni los planes de retirada de Afganistán para el verano de 2011, y harán de esta una de las cuestiones principales sobre las que girará la campaña presidencial de 2012.   

Con esta situación, a Barack Obama no le queda más remedio que iniciar hoy mismo su campaña de reelección, pero no lo tendrá nada fácil. El ex senador por Illinois a perdido gran parte de su charm con el electorado. De hecho, según una encuesta elaborada por el programa de televisión 60 minutos y la revista Vanity Fair, el gobernante podría convertirse en el decimotercer presidente incapaz de renovar su mandato en las urnas. El 39% de los entrevistados asegura que el actual inquilino de la Casa Blanca no ha hecho méritos suficientes como para merecerse una segunda oportunidad, mientras que sólo el 26% cree que debería completar dos mandatos en el poder para poder poner en marcha todo su programa.

Obama ya no conecta con sus bases, al menos no como hace dos años. En las próximas elecciones presidenciales le faltarán muchos votos de mujeres, jóvenes, personas de bajos ingresos e independientes que sí le apoyaron en 2008. La comunidad negra se mantiene fiel, mientras que los latinos, decepcionados por el retraso de la reforma migratoria, son una incógnita.

Al acechó del asiento presidencial ya se encuentra Sarah Palin, que segura de salir reforzada tras las el éxito del Tea Party en las elecciones legislativas, aseguró la semana pasada que se postularía como presidenciable de dentro de dos años "si no aparece ningún otro candidato capaz de hacer bien el trabajo".

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