Emmanuel Macron, 39 años, se ha convertido en el presidente más joven de la historia de la V República de Francia al lograr el 66 por ciento de los votos, con el 99,9 por ciento escrutado. El desencanto con los partidos tradicionales ha aupado a la presidencia al líder de ¡En Marcha!, un movimiento de solo un año de vida, poniendo en evidencia el hartazgo de los franceses con el establishment político.
Su ascenso político ha sido meteórico. Hace tres años, fue nombrado por el presidente François Hollande ministro de Economía, cargo en el que sólo estuvo dos años. Ni siquiera aparecía en las encuestas de cara a las elecciones presidenciales, pero a partir de hoy es el nuevo inquilino del Elíseo. Toda una hazaña en Francia.
Macron es un político de centro que simpatiza con el sector empresarial y con Europa, aunque su candidatura no deja de ser un experimento con muchos interrogantes. Durante la campaña, algunos lo bautizaron como el “Kennedy francés”, por su estrategia muy “a la americana”, con golpes de efecto y siempre en los medios. Su programa electoral se llama, sin más, “Revolución” y su movimiento lo es todo. No en vano, el candidato lideró su campaña como si se tratara de una empresa emergente, una start up que promueve una renovación del poder.
Ahora tendrá en sus manos la difícil tarea de gobernar, sin partido. El nuevo presidente de Francia ha prometido cambio: reformas políticas y económicas profundas y un futuro brillante. Sin embargo, no lo conseguirá si no cuenta con una mayoría en la Asamblea Nacional, que elige a sus representantes en el mes de junio.La UE respira tras su elección
En cuanto a su programa económico, Macron quiere mantener el déficit por debajo del 3 por ciento; instalar un seguro de paro universal para los empresarios, los agricultores o los autónomos, una jornada laboral flexible (más de 35 años para los jóvenes y menos para los mayores de 50), eliminar 120.000 puestos de funcionarios, rebajar impuestos, suprimir las cotizaciones por sanidad y desempleo que el trabajador paga y una jubilación 'a la carta' que varíe en el número de años según el caso de cada persona.
De cara a Europa, Macron propone preservar Schengen, fortalecer Frontex con la movilización de 5.000 guardias o la creación de un sistema de información común. La UE respira tras su elección como presidente.
Pese a que su movimiento se ha comprometido a presentar candidatos en las 577 circunscripciones electorales, a un mes de las legislativas sólo se conocen los nombres de un puñado representantes. Si no lo consigue, se verá obligado a una cohabitación con un primer ministro de otro partido, una situación que ya se ha dado en tres ocasiones. Entre 1986 y 1988, cuando el socialista François Mitterrand fue elegido gobernó con el conservador Jacques Chirac como primer ministro. Entre 1993 y 1995, Mitterand tuvo que lidiar de nuevo con un conservador, Édouard Balladur. Y finalmente, entre 1997 y 2002, el presidente Chirac gobernó con el socialista Lionel Jospin como primer ministro. Las elecciones legislativas del próximo mes de junio, que también se celebran en dos rondas, serán casi tan importantes como las presidenciales.
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