Sudán del Sur, el país más joven del mundo se muere de hambre

    • 2,8 millones de personas necesitan ayuda alimentaria urgente y 40.000 están al borde de morir de hambre según alerta la ONU.
    • Desde que se independizó de Sudán en julio de 2011, solo ha tenido dos años de paz. Desde 2013 vive un conflicto étnico que ha dejado miles de muertos, desplazados y hambre.
Sudán del Sur agota la fecha límite para formar un Gobierno de unidad
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Sudán del Sur afronta unos niveles “sin precedentes” de inseguridad alimentaria, puesto que 2,8 millones de personas (cerca de un 25% de la población) continúan necesitando ayuda alimentaria con urgencia y al menos 40.000 se encuentran “al borde de la catástrofe”, según advirten la ONU, FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y el PMA (Programa Mundial de Alimentos).

Después de más de medio siglo de enfrentamientos y dos guerras civiles contra Sudán, la proclamación de independencia de Sudán del Sur, el 9 de julio de 2011, fue una inmensa alegría para un pueblo que no conocía la paz. Pero la esperanza duró poco. En diciembre de 2013 empezó un nuevo conflicto, esta vez étnico, que enfrenta a los seguidores del Presidente del país, Salva Kiir Mayardit, perteneciente al clan dinka, y los seguidores del que fuera su vicepresidente, Riek Machar, del clan nuer. Y el resultado ha sido una hambruna imparabel, miles de muertos y cientos de familias desplazadas y sin recursos.

Este pasado viernes, el presidente sursudanés, Salva Kiir, nombró como vicepresidente a su principal rival y líder rebelde, Riek Machar, para cumplir con un acuerdo de paz que busca poner fin a más de dos años de guerra civil. Machar ya fue vicepresidente de Kiir entre 2005 y 2011, cuando Sudán del Sur era todavía una región semiautónoma, y luego entre julio de 2011 (tras la independencia) y julio de 2013, momento en el que fue cesado.

Su designación como vicepresidente cumple uno de los puntos del acuerdo de paz firmado el pasado 26 de agosto de 2015, que sin embargo no ha impedido la continuación de los combates entre el gobierno y la rebelión.El hambre irá en aumento

Todas las agencias indicaron que se espera que el número de personas en situación de inseguridad alimentaria alcance su punto álgido en la próxima temporada de escasez (entre abril y julio), cuando la disponibilidad de alimentos es menor, si bien prevén que la época de carestía comience antes esta vez y que el periodo de hambre sea más largo que en años anteriores. La FAO, Unicef y el PMA recalcaron que la temporada de sequía, que ahora comienza, podría traer más dificultades a quienes se enfrentan a los niveles más elevados de hambre. Las personas desplazadas en el Estado de Unidad (afectado por el conflicto), que han sobrevivido con peces y nenúfares, se están quedando sin sus únicos recursos alimenticios a medida que retrocedan las inundaciones.

Además, los robos de ganado han privado a muchos habitantes de productos de origen animal esenciales como la leche, que fueron su principal medio de supervivencia en el periodo de escasez del año pasado. “Si durante este periodo de sequía la ayuda humanitaria no llega a ellos de forma fiable, se enfrentarán a una catástrofe en los próximos meses”, añadieron.Urge que se cumpla el acuerdo de paz

Por esta razón, las tres agencias humanitarias pidieron una rápida aplicación del acuerdo de paz firmado el año pasado y el acceso ilimitado a las áreas de conflicto para distribuir suministros con urgencia en las zonas más afectadas. “No sólo las áreas afectadas directamente por el conflicto sufren inseguridad alimentaria. Alrededor de 200.000 personas en los Estados de Bar el Gazal del Norte y Warab también han visto empeorar su acceso a los alimentos debido a factores como la inflación y las perturbaciones del mercado ligados al conflicto”, explicó Serge Tissot, representante de la FAO en Sudán del Sur.

Las familias han hecho todo lo que han podido para sobrevivir, pero se están quedando sin opciones”, dijo Jonathan Veitch, representante de Unicef en Sudán del Sur, antes de indicar que “muchas de las zonas donde las necesidades son mayores son inaccesibles por motivos de seguridad”. “Es fundamental que recibamos acceso ilimitado ahora. Si podemos llegar a ellos, podremos ayudarles”, apostilló.

El último suministro de alimentos a Sudán del Sur en el marco del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (WPF, por sus siglas en inglés) fue realizado en noviembre del año pasado para abastecer las necesidades básicas de la población durante cuatro semanas. La semana pasada 40.000 personas esperaron entre tres y cuatro horas en una cola cerca de los puntos de distribución de alimentos del WPF, un proceso previsto para tres días, mientras que la temperatura superaba 30 grados Celsius.

El análisis de emergencia de la IPC advierte de que 2,8 millones de personas en Sudán del Sur se enfrentan a una situación de inseguridad alimentaria y nutricional aguda, de las cuales un 57% se encuentran en zonas de difícil acceso de Unity, Jonglei y Upper Nile. Casi ocho millones de personas, dos tercios de la población, se encuentran en situación de inseguridad alimentaria. La mitad pasa hambre aguda.

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