Qué poquito han tardado en Gran Bretaña en sustituir a Cameron y aquí... todos a lo suyo

  • El ejemplo británico no cunde en España. Allí, Ed Miliband dimitió la noche electoral tras los malos resultados del laborismo. Aquí Pedro Sánchez presume de los peores resultados de la historia.

    Andrea Leadsom deja la puerta libre a Theresa May para que sustituya a Cameron, al no tener los apoyos suficientes en el partido.

Los 'tories' inician este martes en el Parlamento el proceso para elegir al sucesor de Cameron
Los 'tories' inician este martes en el Parlamento el proceso para elegir al sucesor de Cameron
Reuters/EP

La crisis del partido conservador en Gran Bretaña ha durado poco, tan solo 18 días. El 24 de junio Cameron anunció su dimisión tras el triunfo del Brexit. Inmediatamente, los ojos miraron a Boris Johnson, pero la traición de Michael Gove, provocó su dimisión del rubio carismático, menos de una semana después. Ahora la que ha dimitido por falta de apoyos es Andrea Leadsom que deja vía libre a Theresa May para convertirse en la nueva Margaret Thatcher. En pocas semanas se ha sustituido a Cameron entre navajazos, sí, pero sin que nadie forzara la máquina para lograr el sillón a toda costa.Miliband no hizo lo mismo que Pedro Sánchez

Ed Miliband renunció al perder las elecciones frente a Cameron. "El Reino Unido necesita un Partido Laborista fuerte. El Reino Unido necesita un Partido Laborista que pueda ser reconstruido después de este debate interno para que podamos tener un Gobierno que defienda otra vez a la clase trabajadora", añadió Miliband, en referencia a su deseo de que la formación pueda volver al poder. Al comunicar oficialmente su dimisión, dijo asimismo que ha llegado el momento para que "otra persona asuma el liderazgo".Los políticos españoles no se van

No hizo lo mismo Pedro Sánchez que ha evitado cualquier tipo de autocrítica después de hacer cosechado durante dos elecciones el peor resultado de la historia del PSOE. Tampoco tomó nota Rajoy después de pasar de la mayoría absoluta a unos decepcionantes resultados tras los que muchos pedían su cabeza. La corrupción de su partido tampoco fue suficiente para decir adiós. Y ahí sigue. Del resto poco hay que decir. Rivera exige como nadie pese a ser el último en votos, y Pablo, que anunció que se iría si no gana ahora se dedica a hacer purgas con los críticos, pero sigue.

Y aquí estamos otra vez en el día de la marmota tras dos elecciones sin que nadie acabe de resolver en entuerto. ¿Se imaginan esta parálisis en el gobierno británico? Lo mismo que el sé fuerte... La verdad es que no.

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