Glas, de 47 años, fue apartado del cargo a principios de agosto por el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, debido a las acusaciones de corrupción y la presunta falta de lealtad al Gobierno por parte del "número dos" del dirigente.
"Confío en las instituciones del país, pero debo decir que la Fiscalía está cediendo ante la presión mediática, así como la ejercida por los actores de la oposición", ha señalado Glas durante una entrevista a Reuters.
Asimismo, el vicepresidente ha señalado que la decisión de la Fiscalía "presenta claros indicios de irregularidades". Los fiscales, por su parte, han afirmado que hallaron pruebas de que Glas habría aceptado sobornos a cambio de asignar contratos cuando se encontraba en el cargo.
Para sostener la acusación ha presentado como pruebas varios extractos de conversaciones entre exfuncionarios ecuatorianos y exejecutivos de Odebrecht, quienes se encuentran actualmente cooperando con la Justicia brasileña en el marco del escándalo por el pago de sobornos.
"No he cometido ningún delito. Ni robo ni dejo robar", ha insistido Glas, que ha acudido voluntariamente a declarar.
La Fiscalía solicitó el 21 de agosto a la Corte Nacional de Justicia (CNJ) que convocara una vista para presentar cargos contra el vicepresidente del país por su supuesta implicación con la trama de sobornos.
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