El Govern se encuentra dividido en dos. En un lado se sitúan quienes temen que la deriva independentista termine con denuncias en los tribunales y posibles condenas que impliquen el embargo de su patrimonio personal. En esta situación se encuentran dirigentes del PDeCAT. En el lado opuesto se encuentran quienes están dispuestos a llegar hasta el final, pase lo que pase, ya que no les importa perder sus propios bienes. Son, principalmente responsables de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
Estos dirigentes republicanos están dispuestos a ir a la cárcel o pagar con su propio patrimonio futuras condenas por malversación. "No tenemos ningún miedo, vamos a llegar hasta el final", decía a Lainformación.com este mismo jueves uno de sus dirigentes en Madrid, Joan Tardà.
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En la cúpula del partido presidido por Oriol Junqueras comparan su estrategia con respecto al referéndum con la que desplegó Prim en 1859 cuando decidió marcharse a la guerra en África. "O caja, o faja", dijo el militar. Es decir, o volvía a España en un ataúd o regresaba con el fajín de general en su cintura. En ERC piensan lo mismo: "No sabemos lo que va a pasar al día siguiente, pero sí tenemos claro que vamos a celebrar el referéndum".
El propio Tardà alude a los antepasados de los independentistas catalanes para defender sus posturas: "Nuestros abuelos dieron la vida por la República, ¿cómo no vamos nosotros a pelear por celebrar el referéndum? Pues claro", asegura el portavoz de ERC en Madrid.
En ERC son conscientes de que en las próximas semanas sí podría haber miembros del Govern que decidieran dar marcha atrás y no continuar con los planes independentistas. "No pasaría nada", aseguran desde la formación republicana en relación a la posibilidad de que consejeros del PDeCAT dimitieran de su cargo. "Se retratarían", afirman sus socios en Junts pel Sí.
La actitud de ERC de llegar hasta el final y celebrar el referéndum anunciado para el 1 de octubre contrasta con la sensación que se vive en un sector de veteranos del PDeCAT. Quien mejor lo definió, fue el consellero de Empresa, Jordi Baiget, que fue cesado de su cargo por decir: "¿Ir a la cárcel? Yo podría aguantar tener que ir a la cárcel, pero no si van contra el patrimonio: pensemos en la familia... nuestras decisiones pueden afectar a nuestra gente". La semana pasada, la presidenta de la Diputación de Barcelona y del Consejo Nacional del partido, Mercè Conesa, se sumó a las críticas afirmando que nadie sabe "dónde llevará el proceso soberanista" y reconociendo que quizá se trate de "un callejón sin salida".
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