Uruguay despidió a Jorge Batlle, el presidente que lanzó la búsqueda de desaparecidos

Uruguay despidió este martes a Jorge Batlle, el presidente que durante su mandato (2000-2005) dio los primeros pasos en la búsqueda de restos de desaparecidos de la última dictadura militar, fallecido el lunes a los 88 años.

En una jornada de duelo nacional decretado por el gobierno de Tabaré Vázquez, contra el que Batlle venció en los comicios de 1999, el cuerpo del exmandatario fue velado en la sede del Congreso.

Vázquez estuvo entre los primeros en homenajear a su predecesor y rival político, que terminó siendo quien le traspasó la banda presidencial en 2005, cuando el líder del izquierdista Frente Amplio llegó al poder por primera vez.

"Ha sido un político importantísimo e influyente en la historia de nuestro país. Marcó toda una época. Un hombre liberal convencido de sus ideas. Y las puso en práctica. Fue un provocador del pensamiento", dijo Vázquez.

Batlle, el de mayor edad entre los cinco presidentes que ejercieron el gobierno tras la dictadura que culminó en 1985, falleció por los efectos de un golpe en la cabeza que sufrió la madrugada del 14 de octubre al terminar una cena, al caer desmayado.

El accidente le provocó un "traumatismo craneoencefálico por caída al piso" que originó un coágulo intracraneano, con secuelas neurológicas severas, según los médicos que lo trataron. La pasada semana, los doctores intentaron eliminar progresivamente el tratamiento con calmantes, pero no obtuvieron la respuesta esperada.

Batlle cumplía 89 años precisamente este martes 25 de octubre.

Batlle será recordado por su desenfado al expresar sus ideas, su saber enciclopédico del que gustaba hacer gala y su desapego al protocolo; también por haber estado al frente del Poder Ejecutivo durante la peor crisis financiera de la historia reciente de Uruguay y haber creado un grupo de búsqueda para dar con el paradero de los restos de detenidos desaparecidos de la dictadura (1973-1985).

Al asumir, Batlle se comprometió con un cambio en la política en materia de derechos humanos, y al mes de iniciado su mandato, junto al ahora fallecido poeta argentino Juan Gelman, anunció el hallazgo de su nieta, Macarena Gelman, entregada ilegalmente a un oficial policial uruguayo durante el régimen militar.

Pocos meses después creó una Comisión para la Paz, que constituyó el primer intento de recopilar y sistematizar información sobre los casos de detenidos desaparecidos durante la dictadura.

Su gobierno enfrentó "el peor año del siglo para Uruguay", como el mismo Batlle lo describió, cuando a una emergencia nacional por un brote de aftosa siguió el coletazo de la crisis argentina de 2001 y una corrida bancaria que derrumbó el sistema financiero local. El desempleo, la pobreza y la emigración se dispararon.

Entonces, con Argentina en default, Batlle se empecinó en que el país debía honrar sus compromisos y lo logró in extremis, gracias a un "crédito puente" de 1.500 millones de dólares concedido por Estados Unidos que le permitió a Uruguay salir del paso.

Precisamente, el ex presidente estadounidense George W. Bush, a quien Batlle recurrió para obtener esos fondos, recordó este martes a su "amigo".

"En este día de duelo en Uruguay, Laura (Bush) y yo recordamos la vida de su ex presidente" quien "fue un gran líder de su país", dijo Bush (2001-2009).

"Batlle fue un amigo de la libertad, y se volvió mi amigo", añadió el ex mandatario norteamericano desde Dallas, Texas (centro), donde reside.

El expresidente José Mujica (2010-2015), un acérrimo crítico de las políticas de Batlle, dijo este martes a periodistas que de alguna forma el final del fallecido exmandatario fue "hermoso: cayó militando". "Me gustaría irme en forma parecida", resumió Mujica, de 81 años.

De su lado, el expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995), destacó en Batlle a "un gran patriota" y recordó el acuerdo electoral de 1999 por el que el tradicional Partido Nacional dio el apoyo a su rival histórico, el Partido Colorado, para derrotar al izquierdista Frente Amplio.

Batlle fue velado con honores de Estado, su ataúd cubierto con el pabellón uruguayo y claveles rojos que muestran su filiación política con el Partido Colorado, constataron periodistas de la AFP. Sus restos fueron sepultados por la tarde tras un cortejo que recorrió la zona céntrica de Montevideo, acompañado desde las aceras por público de pie.

Mostrar comentarios