Segunda vuelta sin suspenso en presidencial de Santo Tomé y Príncipe

El pequeño archipiélago de Santo Tomé y Príncipe celebraba el domingo la segunda vuelta de una elección presidencial que se dirime con un solo candidato, dado que el mandatario saliente se retiró de la contienda denunciando fraudes.

Unos 111.000 empadronados de esta excolonia portuguesa de la costa atlántica africana fueron convocados para lo que debía ser un duelo entre Evaristo Carvalho, que en la primera vuelta obtuvo el 49,8% de los votos, y el jefe de Estado saliente Manuel Pinto da Costa (24,83%), según los últimos resultados proclamados por el Tribunal Constitucional.

La Comisión Electoral Nacional (CEN) había anunciado inicialmente que Carvalho había obtenido 50,1% de los sufragios, lo cual le aseguraba su elección sin necesidad de balotaje, pero luego corrigió su estimación, provocando la peor crisis en un cuarto de siglo en este país considerado como un modelo de democracia en África.

El caso debió ser zanjado por el Tribunal Constitucional, pero sin convencer a Pinto da Costa, que exigió la anulación de los comicios.

"Seguir participando en un proceso electoral tan fraudulento equivaldría a apoyarlo", alegó el jefe de estado saliente en un mensaje a la nación.

Evaristo Carvalho prosiguió la campaña, exhortando a los santotomenses a ir a votar pese a que su victoria ya está asegurada, a fin de evitar una tasa de abstención, que debilitaría su legitimidad.

En los comicios del 17 de julio, el índice de participación fue de 64,3% de los inscritos en los padrones.

Carvalho, favorito desde el inicio de la campaña, cuenta con el apoyo del verdadero hombre fuerte del país, el primer ministro Patrice Trovoada y de su partido Acción Democrática Independiente (ADI), mayoritario en el Parlamento.

Trovoada, de 54 años, quiere imponer a "su" candidato, Carvalho, para poner fin a la cohabitación que mantenía de hecho con el independiente Pinto da Costa, que el viernes cumplió 79 años.

En el sistema de Santo Tomé, el presidente cumple funciones de árbitro político, pero el verdadero ejercicio del poder recae en el primer ministro.

La rivalidad entre Trovoada y Pinto da Costa remonta a los primeros años de la independencia, que se proclamó en 1975.

Pinto da Costa fue el primer jefe de gobierno del país, al que gobernó durante 15 años, aliándose con la hoy desaparecida Unión Soviética e instaurando un régimen marxista de partido único.

Ese camino lo llevó a la ruptura con exaliados de la lucha antiportuguesa, entre ellos Miguel Trovoada, padre de Patrice, que se exilió en Francia de donde regresó en 1991, para ser elegido presidente en los primeros comicios multipartidistas del país.

Sea quien sea el presidente, el principal desafío del país seguirá siendo el del desarrollo, dado que dos tercios de sus 200.000 habitantes viven bajo el umbral de la pobreza y el país depende en un 90% de la ayuda internacional para cubrir sus necesidades básicas.

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