Los 30 días de carrera a la secretaría general del PSOE

    • La pugna de los avales, el debate de los candidatos y las acusaciones de "juego sucio" han marcado la carrera a la secretaría general del PSOE, que ha terminado este sábado.
    • Los tres candidatos, Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, llevan 30 días recorriendo España en busca de apoyos.
Sánchez pide un voto masivo en las primarias porque será bueno para el PSOE y España
Sánchez pide un voto masivo en las primarias porque será bueno para el PSOE y España

La pugna de los avales, el debate de los candidatos y las acusaciones de "juego sucio" han marcado la carrera a la secretaría general del PSOE, que ha terminado este sábado. Los tres aspirantes a suceder a Rubalcaba -Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias- llevan 30 días recorriendo España en busca de apoyos. Primero, para conseguir avales, y después, para convertirlos en votos en este proceso que los tres consideran "histórico". Lo es. Este domingo será la primera vez que los casi 200.000 militantes socialistas elijan a su líder, y la competición para ocupar la butaca no ha tenido descanso.

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Alfredo Pérez Rubalcaba anunció que se iba el 26 de mayo. Cinco días después, José Antonio Pérez Tapias anunció su intención de sustituirle en el Congreso Extraordinario del 13 de julio. El ex diputado socialista fue el primero en dar un paso al frente. Se presentó como el candidato del sector más izquierdista del PSOE (es el portavoz de la Izquierda Socialista).

Los otros dos candidatos, Pedro Sánchez y Eduardo Madina, esperaron a la Ejecutiva Federal del PSOE del lunes siguiente para anunciar que también iban a postularse como candidatos a la secretaría general. El primero lo hizo el 12 de junio. Madina, el 13.

Ese mismo día, los tres candidatos salieron a recoger avales. Desde entonces, antes incluso de conocer los datos, ya había algunos apoyos claros. Y la renuncia de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, terminó de perfilar el dibujo inicial.

Nueve secretarios generales territoriales pidieron a Díaz que diese un paso al frente y se postulara para liderar el PSOE (entre ellos, el de Madrid, Tomás Gómez, y el valenciano, Ximo Puig) y este reclamo fue tomado por muchos como un claro rechazo a la candidatura de Eduardo Madina. Pero el vasco se negó a retirarse de la carrera.

Los 'madinistas' trataron de sacar provecho de esta situación y el aspirante se presentó comoel candidato de los militantes, por quienes había "dado la cara", como él ha dicho, al defender su participación. "En el nuevo PSOE, tú eres el barón y es tu teléfono el que debe sonar", les decía en una carta, en la que defendía unos órganos federales "menos dependientes de oscuros remiendos de despacho".Pedro Sánchez: "Mi único aparato es mi Peugeot 407"

Pedro Sánchez presentó oficialmente su candidatura el 12 de junio en la Casa del Pueblo de Alcorcón. Llevaba siete meses recorriéndose las agrupaciones del partido para forjar una vía alternativa a la de Madina. Se presentó como "un militante de base". "Mi único aparato es mi Peugeot 407", decía. Fue el último en llegar y el menos conocido, porque no estaba asociado ni a la etapa de Rubalcaba ni a la de Zapatero. Pero sí contaba con padrinos de relieve: el diputado madrileño dejó su campaña en manos de los hombres del expresidente del Congreso José Bono.

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La renuncia de Susana Díaz descolocó a todo el partido y dejó un espacio en el que Sánchez, que partía en clara desventaja, se hizo hueco. De la noche a la mañana, logró un protagonismo inesperado que aprovechó para encabezar, según explicó, un cambio "con corazón y cabeza".La polémica de los avales

Y ganó a Madina. En avales. Consiguió 41.338, frente a los 25.238 del aspirante vasco, que pidió entonces conocer el detalle por territorios. La dirección accedió. Los datos mostraban queSánchez había obtenido cinco veces más avales en Andalucía que Madina, que fue el aspirante con más apoyos en Asturias, Extremadura, Cantabria, Cataluña y Murcia, además de Melilla.

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Durante la primera semana, la campaña giró en torno a la "libertad" de los militantes y sus avales. Para unos, la petición de Madina -que desde el PSOE de Andalucía se llegó a tildar de "chorrada"- era un insulto a la autonomía de los afiliados, mientras que los otros se aprestaban a asegurar que nunca habían cuestionado que unos avales valieran más que otros.

Este asunto ocupó muchos titulares hasta el debate del pasado lunes, en el quelos tres candidatos se reunieron en Ferrazpara confrontar sus modelos de partido y de país, y que fue uno de los días grandes de la campaña, aunque el resultado fue mejor para unos que para otros.Y llegó el debate

Este lunes 7 de julio, los tres candidatos se vieron las caras. Si el resultado se analiza por los gestos de sus equipos, quien peor parado salió fue Pedro Sánchez. Los suyos evitaron decir que habían ganado ese asalto, aunque defendían que el madrileño había dadoun "chute de energía" a la campaña.Y se defendían de las críticas por "poca naturalidad" señalando que llevaba su intervención muy preparada.
Los tres candidatos mantuvieron un debate "de guante blanco", aunque sirvió para ver la ausencia de 'feeling' entre Madina y Sánchez, que se lanzaron pullas, algunas más veladas que otras, a cuenta de sus 'patinazos' con Cataluña, la paternidad del sistema de voto directo en el congreso, el conocimiento del partido y el origen de cada uno.

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Laresaca del debatese prolongó unas jornadas más, hasta que el jueves entró en escena un asunto que ha enfangado los últimos días de la campaña: la presencia de Pedro Sánchez en la Asamblea de Caja Madrid, desvelada en 'El Confidencial'.

El diputado madrileño convocó a los periodistas en el Congreso y confirmó su presencia en este órgano que, según explicó, se debía a su cargo como concejal del Ayuntamiento de Madrid. Sánchez aseguró que no tenía "nada que ocultar" y "nada que ver" con las gestiones de esta entidad bancaria.

Y dicho esto, lanzó una denuncia:"Frente a las malas artes de algunos, juego limpio",dijo, en lo que se entendió una acusación a la candidatura de Madina, a quien ese día se le vio muy afectado por la situación creada y que, según ha insistido, no había sido provocada por su equipo.

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Desde entonces, el diputado vasco ha insistido en defender la "limpieza" del proceso y el madrileño ha pedido que no se "trate de condicionar" a los militantes con informaciones que "nada tienen que ver con el proceso" y que, en cualquier caso, no cree que le vaya a pasar factura.La incógnita de la participación

Mañana se sabrá si el PSOE ha logrado enganchar a su militancia en este proceso novedoso para el sistema político español, en el que por primera vez el líder de un partido es elegido por todos sus afiliados. Todos están muy pendientes de las cifras de participación.

Tanto Madina como Sánchez esperan quela afluencia a las urnas se sitúe en torno al 60%, un porcentaje que en el partido se considera adecuado para dar legitimidad al proceso y al nuevo secretario general.

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