El futuro del PSOE en manos de Mariano Rajoy

  • El sentido común y el sentido de Estado son imprescindibles en política, y Sánchez carecía de ambos.

    Resistir en el cargo a cualquier precio era su objetivo primordial. Ahora, sin querer, ha puesto en bandeja a Rajoy su investidura.

Rajoy reclama prudencia a la cúpula del PP, a la espera de que se mueva la gestora del PSOE
Rajoy reclama prudencia a la cúpula del PP, a la espera de que se mueva la gestora del PSOE
EUROPA PRESS
José Luis Roig

Ha pasado la primera parte de la tormenta socialista, pero la calma no llega todavía. Ahora hay que volver, mientras el PSOE intenta recomponerse, al otro lío político, el de la formación de un Gobierno estable. El asunto sigue siendo complejo. Cierto es que, gracias a las peleas públicas de los socialistas, Rajoy lo tiene mucho mejor que hace dos semanas.

Pedro Sánchez, el hombre que impidió que formara Gobierno después de ganar dos elecciones, ha sido ahora el que sin quererlo le ha puesto en bandeja la gobernabilidad. El sentido común y el sentido de Estado son imprescindibles en política, y Sánchez carecía de ambos. También carecía de un ideario político sólido, de un proyecto que incluyera algún plan más allá del NO a Rajoy.  Resistir en el cargo a cualquier precio era su objetivo primordial.El PSOE habla del no a Rajoy para no enfadar más a los militantes, pero...

A día de hoy, el PSOE sigue mareando un poco la perdiz hablando del No a Rajoy, pero eso es estrategia para no enfadar más a los militantes y los sectores recalcitrantes del partido. Tienen claro, los “nuevos” socialistas, por eso se amotinaron contra Sánchez, que lo menos malo es la abstención. Mantener 85 escaños, impedir que Podemos dé el “sorpasso” en unas nuevas elecciones y quedarse como segunda fuerza, en el papel de oposición oficial, es lo mejor que les puede suceder. Virgencita que me quede como estoy. Tal vez haya algo de revuelo, sobre todo desde Cataluña, pero el PSOE hoy no puede permitirse el lujo de decirle No a Rajoy, sino quiere inmolarse como partido político.Rajoy vuelve a avanzar sin moverse

Sin embargo, la pelota está en el tejado del PP. Su líder, Mariano Rajoy, del que Felipe González dice que “es el único animal que avanza sin moverse”, tiene claro que de un modo u otro volverá a ser presidente del Gobierno. Quizá por eso ha pedido a su gente que no hagan declaraciones, que tengan un perfil bajo ante el desastre del PSOE.Mariano tiene el futuro del PSOE en la mano

Pero Rajoy se enfrenta a un difícil dilema: ¿Aceptar la abstención del PSOE y formar un Gobierno minoritario y muy controlado, o arriesgarse y propiciar unas terceras elecciones que le podrían poner en unos 155-160 escaños, y lograr de este modo, junto a Ciudadanos, una amplia mayoría y una gobernabilidad menos compleja? La respuesta no es sencilla.

El Partido Popular puede tensar la cuerda en las futuras negociaciones con el PSOE, y decidir ir a elecciones. La decisión tendría cierto coste político: que los socialistas les acusen de ser los causantes de la nueva convocatoria electoral, pero el desgaste sería mínimo frente al más que probable descalabro socialista. Un partido que les ha hecho la vida imposible durante todo este año con su famoso “que parte del No no entiende, señor Rajoy”, y ahora necesitan al PP para no desintegrarse.

También baraja el líder popular la posibilidad del “pájaro en mano o lo malo conocido”, tener un Gobierno menos fuerte pero dejando a un débil PSOE como oposición, y no a un crecido e imprevisible Podemos. Pablo Iglesias intentará  forzar las máquinas –amenaza con retirar su apoyo al PSOE en ayuntamientos y Autonomías, para que los socialistas sigan dándole el no al PP, y de este modo haya terceras elecciones, en las que podría aumentar el número de escaños.

Al final, paradójicamente, Rajoy es el que tiene en su mano el futuro del PSOE. Si no quiere que se hundan más, aceptará la abstención; si no, forzará unas terceras elecciones. La decisión no es fácil ya que entran en juego muchos elementos extra políticos, como elegir que tipo de oposición deseas tener y quiénes deben ser los actores principales de la política nacional. Una vez más, el “brujo gallego” acaba ganando la partida.

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