El debate a 7 muestra que los partidos mantienen sus líneas rojas ante los pactos

  • El Partido Popular pidió que se "deje gobernar a la lista más votada" y afeó que no hubiera un acuerdo pese a la "generosidad" de su partido.

    El PSOE se negó a elegir entre apoyar al PP o a Unidos Podemos "en base a encuestas" y prefirió mostrar su deseo de que los ciudadanos les voten.

Debate a siete
Debate a siete
E. M.

Solo falta una semana para las elecciones generales y prácticamente nada ha cambiado. Las encuestas muestran un aumento de Unidos Podemos gracias al PSOE, mientras PP y Ciudadanos prácticamente mantienen los escaños que lograron el 20-D.

El inmovilismo también quedo patente ayer en el debate entre los representantes de los siete partidos que tenían grupo propio en el Congreso tras las pasadas elecciones.

Si la falta de acuerdo ha forzado a unas nuevas elecciones, ese acuerdo sigue pareciendo posible a solo seis días de los comicios, según quedó patente en el debate, en el que se mostraron también posturas irreconciliables para gestionar el proceso abierto en una Cataluña que aspira a la independencia.

En ambos temas, que han abarcado la mitad de este debate organizado por RTVE, los representantes de PP, PSOE, Unidos Podemos, Ciudadanos, ERC, CDC y PNV no encontraron un punto en común que aclare el horizonte postelectoral. Antes bien, se manifestaron las posiciones conocidas y las viejas críticas y reproches mutuos, sin ninguna concesión.

En el debate han participado Pablo Casado (PP), Isabel Rodríguez (PSOE); Íñigo Errejón, (Unidos Podemos), Juan Carlos Girauta (Ciudadanos), Gabriel Rufián (ERC) Carles Campuzano (CDC), y Aitor Esteban (PNV). Ha sido el segundo debate que emite RTVE en esta campaña electoral, tras el 'debate a cuatro' entre los candidatos a la Moncloa que organizó la Academia de Televisión en colaboración con TVE, Atresmedia y Mediaset el pasado 13 de junio.Constatado el desacuerdo para los pactos

La primera parte del debate trató sobre los pactos, sobre los que los representantes de los partidos -solo había dos cabezas de lista, el de ERC y el del PNV- han fijado una vez más sus posiciones, pero no aclararon sus vetos y líneas rojas de modo que se despeje la incógnita de la gobernabilidad de España después del 26J.

Así, el PP pidió que se "deje gobernar a la lista más votada" y afeó que no hubiera un acuerdo pese a la "generosidad" de su partido, que ofreció a Ciudadanos entrar en la "gran coalición" con el PSOE atendiendo a las cuestiones que les unen.

Según informa la web de RTVE, el PSOE se negó a elegir entre apoyar al PP o a Unidos Podemos "en base a encuestas" y prefirió mostrar su deseo de que los ciudadanos les voten "para afrontar el cambio y que quienes bloquearon dejen a un lado los intereses personales y partidistas".

Unidos Podemos propuso un "gobierno de cambio de Unidos Podemos con el PSOE" que puede salir de estas elecciones, de las que puede salir un "desempate hacia delante o hacia atrás".

Mientras, el representante de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, dijo que solo pactarán "con partidos constitucionalistas que no pongan un nombre por delante de los sillones, sino el para qué" y aclaró que, aunque no vetan "a nadie", "Rajoy no será quien lidere la regeneración en España".

Entre los partidos nacionalistas, cuyo voto puede acabar de formar mayorías, el cabeza de lista de ERC señaló que su única "línea roja" es la "plena soberanía del pueblo de Cataluña". El candidato de CDC señaló que no apoyarán un gobierno del PP ni con Rajoy, mientras que el PNV quiso rechazar las "líneas rojas que no llevan a ninguna parte" y abogó por buscar puntos en común, hablando con todos los partidos, siempre que esté presente la "agenda vasca".Modelo de Estado

Con los representantes de los partidos nacionalistas catalanes y vascos representados en el Congreso, tampoco se encontró un modo de abordar el modelo territorial y de responder al proceso soberanista catalán. PP y PSOE se enzarzaron en acusaciones mutuas, con Pablo Casado diciendo que el PSOE fue el "pirómano" de la cuestión catalana con el Estatut y e Isabel Rodríguez afirmando que "Rajoy es una máquina de hacer independentistas", entre la defensa de la soberanía nacional y la reforma de la Constitución, respectivamente.

Por su parte, el candidato de Ciudadanos se enzarzó con el de Convergència, con Girauta rechazando "lecciones de catalanidad" y reivindicando que "no hay democracia más allá de la legalidad", mientras Campuzano llamaba "radical" al partido naranja y le responsabilizaba de las sentencias del Tribunal Constitucional. 

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