Los jesuitas aplauden que francisco haya limpiado el “vilipendiado” nombre de la iglesia


Francisco “ha respondido a las expectativas” de la “sorpresa mundial” que supuso su elección hace un año, tiempo en el que, entre otros logros, ha limpiado “el nombre de la Iglesia, vilipendiado por noticias sobre pederastia, corrupción y el caso Vatileaks”.
Así lo dijo a Servimedia el jesuita, escritor y periodista Pedro Miguel Lamet, que subrayó las dos características que se desprenden de la elección del nombre de Francisco por Jorge Mario Bergoglio, que también es jesuita: la cercanía, humanidad, amor a la naturaleza y al hombre de San Francisco de Asís; y la búsqueda de la inteligencia y sentido práctico de San Ignacio de Loyola.
Por ello, indicó, el Papa ha conseguido “devolver a la Iglesia el espíritu del Evangelio en la alegría, el optimismo y la esperanza; y acercarla a las ideas del Vaticano II en dos aspectos importantes: la colegialidad, es decir, un sabor democrático a través del ‘G-8’ de la Iglesia, del grupo de cardenales que le asisten; y, luego, por haber hecho la primera encuesta al pueblo de Dios para el próximo sínodo de la familia”.
Para Lamet, Francisco también ha marcado la diferencia con sus gestos y sus palabras: “Es un papa al que se entiende. Y esto es difícil, ni los obispos ni lo papas en los últimos años se han hecho entender claramente, porque el aspecto intelectual y conceptual ha dominado más”.
No obstante, a pesar de su cercanía, ha protagonizado denuncias directas “que responden a una inquietud de nuestro mundo”, como la economía de mercado, los inmigrantes o ponerse de lado de los pobres.
SIN MIEDO A LAS BALAS
En esa transparencia, según el jesuita, Francisco ha demostrado “gran valentía”. “No tiene miedo a las balas ni a las críticas. Se expone”, aseveró.
“Sin embargo, no es un ingenuo. Ahí se ve también al jesuita, porque cuida mucho lo que va a decir. Su terminología parece muy espontánea pero está muy medida, de manera que no se le puede cazar en ningún gazapo”, dijo el escritor.
Sobre el futuro, Lamet aventuró que el Papa consolidará el cambio pastoral, introduciendo nuevas cuestiones como la comunión para los divorciados vueltos a casar o para cambiar la ley del celibato. Sin embargo, el tema de la ordenación de la mujer “no lo va a conseguir”, esgrime el escritor, “porque cerró la puerta Juan Pablo II”.
Asimismo, Francisco se ha acercado a las periferias “en un sentido muy amplio”, tendiendo la mano a los homosexuales, con quienes “no ha cambiado la doctrina”, pero ha mostrado “un gesto de misericordia”. “Misericordia es la palabra clave; la revolución de la ternura”, añadió Lamet.
Con ello, agregó, “ha convencido incluso a un mundo laico”, acaparando portadas en publicaciones tan populares como ‘Time’ y ‘Rolling Stone’. Pero entre los retos, también “tiene que consolidar esta política de gestos en hechos concretos”, dice el jesuita.
El próximo sínodo de la familia, que se celebrará en octubre, puede ser una buena ocasión para ello, pronosticó Lamet. Pero el escritor también dijo a Servimedia que percibe que Francisco dará pasos en mejorar la relación con China y sobre el ecumenismo.
NO DAR PALOS
En algunas cuestiones, sin embargo, el papa americano ha sido inflexible, como ha ocurrido con el aborto. “No ha cambiado pero no está dando palos”, respondiendo a su política de en vez de criticar “subrayar lo positivo más que lo negativo”. “Su forma de exigir no es dar palos, sino apretar las tuercas para que seamos más consecuentes y conscientes”.
Por todo ello, concluye el jesuita, Francisco obtiene una “valoración muy positiva”, y ha aumentado el número de fieles que van a misa. “A la gente le gusta, independientemente de que sean creyentes o no”, agregó.
Finalmente, Lamet enumeró otra revolución emprendida por el Papa, como la descentralización del Papado, porque “había que revisar el ministerio petrino”: “Ha puesto a Jesucristo en el centro de la Iglesia. No quiere ser un rey universal, sino más obispo de Roma que pontífice”. Y eso, aunque “nadie le ha podido encontrar un renuncio teológico”, también crea oposiciones. “A alguno no le gusta”, sentencia.

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