La tarde comenzaba con el concierto de José Antonio Carmona, de nombre artístico Pepe Habichuela que, tras superar los problemas técnicos de sonido, se fue por soleás y bulerías entre las ovaciones del público. "Pasando fatiguitas con el sonido, pero vamos a lo más gordo", avisaba Habichuela, que llegó a apartar el micrófono durante unos segundos para comprobar si su música llegaba mejor de esta forma.
Sobre el escenario dispuesto dentro de una jaima y ante la atenta mirada de más de 250 invitados, entre ellos su nieta que desde la tercera fila gritaba 'olé abuelo', Habichuela deleitó con sus acordes durante una hora en la que también estuvo acompañado a la guitarra por su hijo Josemi Carmona, conocido por haber formado parte del mítico grupo Ketama, y por José Manuel Ruiz 'Bandolero', que puso ritmo con el cajón y los platillos.
"Gracias por habernos traído, estamos contentos de venir a esta maravillosa casa", aseguraba Habichuela, al tiempo que su hijo destacaba el "gran corazón" de los organizadores. Mientras, el presentador de la noche, el musicólogo José Manuel Gómez 'Gufi' advertía al público de que con el flamenco, como con la cerveza, se debería de recomendar "consumirlo con moderación" porque "engancha".
Tras dos horas de descanso degustando arroces y puches de Chinchón acompañados de la cerveza 1906, patrocinadora del evento, y de una cata de vinos de las Bodegas Faustino González, venenciados por una maestra japonesa, llegó el segundo concierto de la noche, a cargo del sobrino de Paco de Lucía, Antonio Sánchez, acompañado por 'Bandolero' en la percusión, y por Antonio Serrano, virtuoso de la armónica.
El cajón, la guitarra y la armónica se fusionaron así para tocar temas míticos como 'Alegría de Vivir', que les sirvió para homenajear a su autor, Ray Heredia, que falleció a los 28 años; o 'Convite' del guitarrista universal Paco de Lucía, que falleció hace dos años.
"Un pequeño guiño al maestro, al gran Paco de Lucía, al que tuvimos la suerte de acompañar muchos años", destacaron. Además, le dedicaron la rumba a Lucía, la hija del gran compositor, que asistió al concierto.
Para rematar el espectáculo, subieron de nuevo al escenario Pepe Habichuela y su hijo Josemi, para fusionar la música de las viejas y nuevas generaciones del flamenco. "Estoy con mis alumnos aventajados, me da vergüenza tocar con estos jóvenes, pero hay que tocar", admitía Habichuela para cerrar la noche entre aplausos.
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