El Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) mostrará a partir de mayo un nuevo relato "más provocador intelectualmente" de los periodos del Renacimiento y el barroco, una de las menos conocidas del museo, ha anunciado el director, Pepe Serra, en rueda de prensa, tras el éxito de la nueva presentación del periodo moderno a final de 2014.
En la presentación de la temporada de 2017, ha explicado que la nueva presentación cubrirá un periodo de 300 años, entre los siglos XVI y principios del XIX, y permitirá hacer visible el Legado de Cambó de forma conjunta con el resto de la colección, así como obras de la Colección Thyssen-Bornemisza en un relato temático y cronológico.
Ha remarcado que el museo pondrá el foco en tres pintores singulares Ismael Smith, Pere Torné Esquius y Ramon Pichot, y explorará temáticas transversales como 'Soulèvements' (Sublevaciones), en colaboración con el Jeu de Paume de París, y 'La caja entrópica' bajo la mirada del artista Francesc Torres.
"Todo el programa está centrado en la colección, que es muy rica y densa", ha enfatizado el director, que anunciado que tanto 'Soulèvements' como 'La caja entrópica' abren una línea de trabajo para poner en valor los propios fondos, enriquecer y generar debates críticos.
La exposición en colaboración con el museo francés y liderada por Georges Didi-Huberman abrió sus puertas este martes en París, pero a Barcelona llegará el 23 de febrero con una versión única, en que el comisario creará diálogos con obra contemporánea y un 40% de obras de la colección del MNAC.
El recorrido versará sobre las emociones colectivas y los acontecimientos políticos que conllevan movimientos de masas en lucha, abordando los desórdenes sociales, la agitación política, la insumisión, las revueltas y revoluciones de todo tipo.
ICONOCLASTIA
A partir de octubre, Torres transformará una parte del museo en una caja entrópica en que se podrá ver el paso del tiempo, los fenómenos naturales, la intolerancia religiosa y antirreligiosa, étnica y política y llamará la atención la violencia con la que fue rasgado el sexo de algunas pinturas de desnudos almacenados en el museo por un comando reaccionario en el marco del Congreso Eucarístico de 1952.
Como novedad, el museo consolida las exposiciones fuera del museo con una muestra dedicada a Antoni Gaudí en Brasil, tres exposiciones sobre el imaginario de Mariano Fortuny en Granada, Zaragoza y Sevilla y las exposiciones de Ramon Casas en Sitges (Barcelona), Madrid y Palma de Mallorca.
PRESUPUESTO Y NUEVA ETAPA
Para 2017, el presupuesto será de 15,2 millones de euros, respecto a los 14,33 millones del año anterior, aunque el 89% del gasto irá destinado a la estructura y el resto al programa expositivo y del museo --con un 1,6 millones--.
Sobre el presupuesto, el director ha vuelto a lamentar que el dinero público no puede llegar a cubrir los gastos estructurales de la institución, que se debe limitar a invertir en programación apenas un 11% de los recursos, y ha pedido flexibilidad para fichar talentos, como sucede en otros museos internacionales.
El director del museo, que en febrero finaliza el contrato pero cuenta con otros cinco años prorrogables que deben ser aprobados, ha destacado para los próximos años el reto de la mediación con los públicos y un esfuerzo real de accesibilidad, una ordenación interna y digitalización de toda la colección.
Esto es posible porque en estos cuatro años el museo ha doblado las cifras de visitantes, de 400.000 a los 800.000 con los que espera cerrar el año, y éxitos como la nueva presentación del relato moderno y una mayor visibilidad de la institución, considerada de referencia en arte medieval en el sur de Europa.
MONTAÑA DE LOS MUSEOS
También ha pedido voluntad política a las administraciones para convertir la montaña de Montjuïc en un "polo cultural" urbanizado, que --ha defendido-- que podría servir para descongestionar zonas turísticas de la ciudad.
A su juicio, la conquista de pabellones de Fira Barcelona en Montjuïc para ganar espacio para exposiciones temporales "tiene hoy más sentido" precisamente para conseguir un proceso de descentralización que puede beneficiar al Mercat de les Flors, el Teatre Lliure, el CaixaFòrum, el Pabellón Mies van der Rohe y otros espacios culturales.
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