Argentina y México desembarcan en Paris Photo con propuestas muy dispares

París, 15 nov.- Latinoamérica amplía este fin de semana su presencia en el gran salón de fotografía Paris Photo con dos galerías argentinas, país que debuta en el salón con propuestas "vintage" y políticas, y un espacio mexicano que aúna fotografía clásica y contemporánea.

La mexicana Grafika la Estampa vuelve a París tras un año de ausencia que sus directoras han dedicado a preparar su vitrina, en la que intervienen hasta doce artistas diferentes.

Todo el frontal está protagonizado por instantáneas antiguas pintadas, que dicen haber coleccionado durante una decena de años y que, según explicó a Efe Tania Sanabria, están intentando revalorizar, pues durante algún tiempo "fueron menospreciadas y no se consideraban arte".

"Queremos mostrar que había una historia detrás de estos estudios y esta tradición que pintaba la foto para parecer más joven, quitarse arrugas o parecerse a una estrella de cine", continuó la directora de Grafika la Estampa, quien señaló que la joya de su corona es el retrato de la que fue musa de Diego Rivera, Nahui Ollin.

Esta apuesta comparte protagonismo con la obra de Lázaro Blanco, que Sanabria calificó de "excelente" y que describió como "la sorpresa", al tratarse de un profesor cuyo trabajo artístico es casi totalmente desconocido y que, para la galerista, es "uno de los mejores fotógrafos latinoamericanos".

La tercera pata de este espacio está constituida por las imágenes del irlandés Ross McDonnel, que fotografió a una banda de paramilitares mexicanos llamada "grupo de autodefensa", cuyas careta-capuchas le fascinaron, según él propio fotógrafo.

En el extremo opuesto del salón se encuentran las dos galerías bonaerenses, Vasari y Rolf Art, que representan por primera vez a Argentina en Paris Photo.

Mientras que Vasari ha optado por un estilo "vintage" a través de cinco artistas europeos emigrados a su país en la época de entreguerras, Rolf Art ha elegido "una propuesta muy política de segundas lecturas", en palabras de su directora, Florencia G. Braun.

Braun lleva a París artistas argentinos consagrados como Jacques Bedel, que denuncia los crímenes políticos ocurridos en edificios públicos, Graciela Sacco, que con sus cucharas vacías con bocas pintadas subraya el hambre en el mundo, o Facundo de Zuvirira, que reflejó la crisis del "corralito" entre 2001 y 2002.

Zuviría retrató las tiendas con sus cierres bajados y tituló la serie "La siesta argentina", algo que Braun considera muy poético y optimista, "como esperando que estas persianas se abran tan rápido como después de una siesta".