Madrid, 13 ago.- Una selección de obras de distintos géneros y épocas exhibidas en la exposición "La belleza encerrada" han servido para que artistas con síndrome de Down plasmen el detalle que más les ha llamado la atención.
En total, cincuenta creadores han participado en el II Concurso de Pintura Museo del Prado para artistas con síndrome de Down. Entre las obras realizadas por los participantes se han seleccionado dos, que pasarán a formar parte del fondo de la Fundación Arte Down.
Los autores de estas obras recibirán 600 euros, y con la imagen de ambas piezas se diseñará un producto original que se pondrá a la venta en la tienda del Museo del Prado.
El premio ligado a la exposición "La belleza encerrada" ha recaído en la obra "Instrumentos" de Luis Sainz de la Cuesta, inspirada en un detalle de "El Oído", un extraordinario ejemplo de colaboración entre Rubens y Jan Brueghel el Viejo, que forma parte de la serie "Los sentidos", creada para los archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia y que puede contemplarse en la exposición.
Para establecer el vínculo entre esta muestra temporal y la riqueza de las colecciones del Museo del Prado, se ha otorgado un premio a la interpretación del bodegón de pequeño formato "El besugo", de Carlos González Fraga, inspirado en la obra de Bartolomé Montalvo, pintor de cámara de Fernando VII.
Arte Down, creada en 2006 por la Fundación Síndrome de Down de Madrid, es una ventana abierta para que los artistas con capacidades diferentes puedan dar a conocer sus obras.
Esta galería virtual está encaminada a divulgar el talento de estos artistas y la belleza y originalidad de sus obras para dar un paso más en su plena integración en la sociedad y su crecimiento personal.
El pasado año se inició la colaboración entre el Museo del Prado y Arte Down con la convocatoria del I Concurso del Museo del Prado bajo el lema "Los zapatos de Goya", cuya imagen ganadora, obra de Jorge Bermejo, está plasmada en una bolsa para guardar zapatos que está a la venta en la tienda del museo.
La exposición "La belleza encerrada" está compuesta por más de 280 obras que tienen como denominador común su pequeño formato. En ella se plantea un recorrido por el arco temporal que abarcan las colecciones del Prado, de finales del siglo II d.C. a los umbrales del siglo XX.
La constante invitación al público a mirar las pinturas expuestas a través de recursos expositivos diferentes a los habituales le permite disfrutar en detalle de este Prado, que en su modesta escala no siempre goza de la posibilidad de exponerse o que, aún expuesto, encuentra dificultad para atrapar su atención.
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