Artistas emergentes o consagrados de América Latina presentes en Feria de París

En total 173 galerías de 23 países presentan obras hasta el 25 de octubre en el enorme espacio cubierto del Grand Palais, que recibe al mismo tiempo en otra sección a la gran retrospectiva "Picasso.mania" dedicada al genial español.

Estrellas del mercado del arte contemporáneo como los norteamericanos Jeff Koons o Christopher Wool se dan cita junto a clásicos del arte moderno como Giacometti.

Fuera de la cuarentena de marchands franceses, los países más representados en esta cita mundial del arte son Estados Unidos, con 35 puestos, y Alemania, con 26 galeristas, casi todos berlineses.

América Latina no se queda atrás con 5 grandes casas de Sao Paulo cuya hegemonía disputan de cerca cuatro mexicanos y un colombiano, que participa por primera vez.

"Hace ya unos años que queríamos asistir a la feria, pero coincidía con la de Bogotá", cuenta a la AFP Paula Bossa, de la galería bogotana Casas Reigner. "Para nosotros es muy importante abrirnos al público Europeo, y por eso estamos acá".

Trajo obras de artistas como Mateo López, Leyla Cárdenas y Bernardo Ortiz. Entre los consagrados hay dibujos de José Antonio Suárez Londoño y dos obras de Beatriz González, de 77 años.

"El mercado en Colombia es muy pequeño y para nosotros las ferias son fundamentales", dijo Bossa, cuya galería asiste a al menos seis ferias por año. Un gran porcentaje de sus clientes son extranjeros, de Estados Unidos y Europa, sobre todo.

Desde que los norteamericanos comenzaron a invertir en arte mexicano a mediados del siglo XX, las galerías del DF nunca perdieron su protagonismo.

Kurimanzutto es una de ellas y los organizadores de la FIAC movieron su stand del sector lateral donde estaba en años anteriores a uno de los más destacados.

"El arte de América Latina está teniendo un movimiento increíble", comenta una de sus representantes, Malena Bach. "El reconocimiento del público francés por los artistas latinoamericanos cada vez se siente más".

Trae artistas instalados en Europa, y otros que siguen trabajando en América Latina. Destacan los mexicanos Gabriel Orozco, Fernando Ortega y Abraham Cruzvillegas.

"Es una generación que salió de la nada y que ahora tienen el reconocimiento que se merece", explicó Bach.

Abraham Cruz Villegas acaba de montar una instalación muy importante en la Tate Modern de Londres, Gabriel Orozco sigue siendo un éxito en los museos mas importantes del mundo, al igual que Daniel Ortega.

Según la galerista, el arte de América Latina se está vendiendo a coleeccionistas privados e institucionales de Europa, Australia, Asia o Estados Unidos. "No hay un mercado específico, el interés es global".

Kurimanzutto volvió a traer este año obras del argentino Adrian Villar Rojas, esculturas que reunen restos de la civilización actual con elementos animales o minerales. "Tiene mucho que ver con el tema de la memoria, con lo que resta de una civilización o una cultura, sus elementos orgánicos e inorgánicos", dijo Bach.

Es difícil observar tendencias en la feria ya que cada artista es un mundo aparte, pero puede decirse que el enfoque de Villar Rojas es una de ellas.

Jennifer Flay, directora de la FIAC desde hace 12 años, coincidió en que muchos jóvenes artistas "tienen una forma de observar a las nuevas tecnologías como si fuesen arqueólogos".

La galería Raquel Arnaud de Sao Paulo tampoco es una recién llegada a la FIAC. Hace ya varias décadas que se consagró como una de las grandes defensoras del arte abstracto.

Este año propone dos obras de Jesús Rafael Soto. Por "Noir sur le Vert", pintada sobre madera y metal en 1997, pide 390.000 euros, y 200.000 por una del otro maestro venezolano del arte cinético, Carlos Cruz Diez, "Physichromie 1887", realizada el año pasado en acrílico y PVC.

"Creemos fuertemente en los artistas cinéticos", dijo a la AFP la representante de la galería paulista, Myra Arnaud Babenco.

El arte latinoamericano no solo están en galerías de América Latina. Tornabuoni Art, presente en París, Florencia y Milán, ofrece por ejemplo una escultura de mármol blanco de 142 cm del uruguayo Pablo Atchugarry (115.000 euros).

Otras obras se escaparon del Grand Palais y prefirieron disfrutar del aire libre en el otoño de París, como una gran escultura de los chilenos Smiljan Radic y Marcela Correa, instalada en el jardín de las Tullerías, no lejos de otra realizada por el artista disidente chino Ai Weiwei.

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