Barenboim y la WEDO incitan a "repensar" un mundo de violencia inexplicable

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 1 ago.- El pianista y director Daniel Barenboim y la West-Eastern Divan Orchestra (WEDO) han iluminado esta noche el cielo de la Plaza Mayor de Madrid con la dignidad y libertad de la música de Beethoven, eterno y alternativo a un mundo feroz y brutal que "hay que repensar desde cero" porque ya nada es, "ni será", como era.

La violencia "inexplicable" de un atentado como el de Oslo, ha dicho el maestro en un encuentro previo con periodistas, pone de manifiesto que no se puede "seguir pensando como antes", porque si bien hay cosas "extraordinariamente positivas" como la "Primavera árabe", al mismo tiempo hay quienes sienten "una gran satisfacción en matar tanta gente".

"Vivimos tiempos históricamente muy importantes, en los que vemos a pueblos enteros que no aceptan algo que le hace daño y una catástrofe nuclear como la de Japón. La vida hoy es especial", ha asegurado.

Las 3.500 sillas dispuestas para este concierto de los Veranos de la Villa de la capital de España estaban ocupadas poco después de abrirse el acceso, a las 19:30 horas, y quienes no han tenido suerte se han congregado en los alrededores, sin que la lluvia y el viento, que ha dispersado varias partituras, desanimara a nadie.

Él ha querido corresponder a la veneración de los espectadores, entre los que estaban el Nobel Mario Vargas Llosa y varios embajadores, como el de Estados Unidos, no sólo con una apasionada dirección sino con un bis poco usual en este tipo de conciertos: el Addagieto de la Quinta de Mahler.

Si el año pasado fueron la Sexta y la Séptima de Beethoven, este año la pieza de resistencia ha sido la Quinta, además del Adagio de la Décima de Mahler, el único fragmento que el compositor dejó terminado de esa obra antes de su muerte, el 18 de mayo de 1911.

Los 104 músicos de la orquesta, de ellos 37 israelíes, 41 árabes, 22 españoles -13 andaluces- y 4 de otras nacionalidades, se han entregado desde las 22:00 horas a la vehemencia con la que el pianista y director les guía desde que la fundara, junto al escritor Edward Said, en 1999.

Madrid le ha acogido esta noche con la familiaridad que, dice, lejos de ser aburrida le crea nuevas expectativas, a él y a la orquesta, "encantados de tocar" en la Plaza Mayor, "a la que sólo le falta el techo" para que la acústica sea soberbia.

La orquesta, en la que hay músicos de muchos niveles de experiencia, desde un miembro de la Filarmónica de Berlín hasta gente que está estudiando, viajará en su tour de verano por primera vez a Asia, con conciertos en Pekín, Shanghai, Seúl y en la franja de seguridad entre el Norte y el Sur de Corea.

El tour de la orquesta, que comenzó el pasado día 30 en la ciudad española de Ronda (sur) tendrá una segunda parte que les llevará a los festivales de Lucerna y Salzburgo y luego al mítico Waldbühne de Berlín.

A finales de agosto grabarán el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven en Colonia, que Decca editará en la primavera de 2012.

cb/gcf

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