Brassens resucita en París con una retrospectiva para jóvenes y nostálgicos

  • París.- El icono de la música gala Georges Brassens ha resucitado en París con la inauguración de la retrospectiva "Brassens o la libertad" en la que fotografías, manuscritos, guitarras y canciones recorren la trayectoria de la voces y de los bigotes más internacionales de la "chançon française".

Brassens resucita en París con una retrospectiva para jóvenes y nostálgicos
Brassens resucita en París con una retrospectiva para jóvenes y nostálgicos

París.- El icono de la música gala Georges Brassens ha resucitado en París con la inauguración de la retrospectiva "Brassens o la libertad" en la que fotografías, manuscritos, guitarras y canciones recorren la trayectoria de la voces y de los bigotes más internacionales de la "chançon française".

Abierta hasta el próximo 21 de agosto y pensada tanto para nostálgicos como para nuevas generaciones, la muestra recorre la vida del autor de "La mauvaise réputation", desde sus primeros poemas destinados a "seducir a las chicas" hasta sus últimas canciones, explicó hoy a Efe un portavoz de la Ciudad de la Música, que acoge la exhibición.

El homenaje a Brassens, que murió hace tres décadas y hubiese cumplido el próximo octubre 90 años, no sólo atrae a sus contemporáneos sino también a jóvenes y niños, que han heredado la afición por la obra del cantautor a través de sus padres o del colegio.

"Hay una época en que a Brassens se le consideraba pasado de moda pero ahora a los jóvenes les gusta mucho", apostilló una de las visitantes, Christine Seghezzy, quien dijo volver a escuchar ahora las canciones de Brassens a través de sus hijos.

Ellos, Leandro y Darío, conocieron a Brassens en la escuela a través de la canción "Les copains d'abord", y desde entonces se han interesado por la vida y obra del célebre músico que popularizó ese estilo de música junto con nombres como Jacques Brel, Georges Moustaki, Leo Ferré o Charles Aznavour, entre otros.

Samy Gallet, que también se dejó caer por la exposición, explicó que sólo vio llorar una vez a su padre. Fue por el entierro de Brassens, un golpe que tardó una semana en superar.

El cantante galo es también "el artista favorito" de su sobrino de siete años, agregó Gallet, lo que supone una transmisión generacional que atribuye al hecho de que "Brassens tenía canciones con diferentes niveles" de lectura.

"Al principio (las canciones) parecen simplonas, pero cuando se estudian un poco con detenimiento no son tan simples como parece, ahí esta la genialidad", remarcó.

Conscientes de la admiración que profesan los niños por Brassens actualmente, la exposición dedica por primera vez una de las dos plantas al público más joven, que puede escuchar versiones de las obras en varias lenguas del mundo, entre ellas el castellano, o adivinar títulos de sus canciones a través de acertijos.

La exhibición, ambientada en un decorado que imita un bosque, navega por la parte más íntima del cantante, e incluye partituras, manuscritos y canciones desconocidas hasta ahora.

Las letras de estas canciones, que en su mayoría no van acompañadas de partitura, datan del período entre 1938 y 1952, antes de la grabación de los primeros discos del cantautor.

También se puede repasar el diario que escribió entre 1963 y 1981, otro de los descubrimientos que han aflorado con la preparación de la retrospectiva, y que relata su testimonio en los grandes acontecimientos de la época, como las revueltas de mayo 68.

La muestra atestigua, además, los inicios "tímidos y difíciles" de Brassens sobre la escena musical francesa, y su posterior éxito e influencia sobre toda una generación de jóvenes artistas.

A través de varios teléfonos dispuestos en diferentes puntos del recorrido, los visitantes pueden escuchar fragmentos de entrevistas y canciones del cantante, aunque la voz de Brassens ambienta todo el espacio de principio a fin.

La organización confesó que la exposición pretende desmontar "la idea de un Brassens polvoriento, sin glamour, en comparación con su antítesis, Gainsbourg, que es un icono dandy".

Por ello, las imágenes del artista con su célebre pipa, su sempiterno bigote y su gato se acompañan de otras más desconocidas como Brassens en bañador en la playa, acompañado de sus amigos, u otras imágenes de sus facetas privadas.

La proyección de un concierto que el cantautor dio en el teatro Bobino de la capital francesa en 1969 cierra una exposición que sigue la estela de las anteriores, dedicadas a Miles Davis, Serge Gainsbourg, John Lennon o Jimi Hendrix, entre otros grandes nombres de la música popular.

Mario Roehrich

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