Bunbury se despide de Galicia con el viento a favor

  • Lorena Bustabad.

Lorena Bustabad.

Santiago de Compostela, 11 dic.- Era, probablemente, la última oportunidad de ver a Enrique Bunbury pisando un escenario gallego en mucho tiempo y no decepcionó.

Derrocha oficio después de treinta años de peregrinaje musical en continua reinvención atreviéndose, incluso, con lo más extravagante. Puntual, teatral, auténtico y muy respetuoso con el auditorio -casi lleno y expectante- del Palacio de Congresos de Santiago, fue ovacionado por un millar de pares de palmas nada más pisar las tablas para arrancar con los acordes de "Despierta", el primer tema de su último disco.

Así inició una antología musical de dos horas y media, con melodías nuevas y antiguas que han envejecido más que bien para cumplir con creces en un derroche de rock personalísimo, que alterna sin complejos ni incompatibilidades con otros géneros y que pivota sobre su poderío vocal.

Su voz y su forma de vestirla es parte fundamental su marca desde que inició su carrera en solitario, en 1997, después de llevar a Héroes del Silencio a lo más alto y generar una legión de nostálgicos que sueñan con un reencuentro impreciso.

"Teníamos una deuda con Galicia y aquí estamos para cumplirla", saludó el cantante zaragozano, de negro absoluto. Sonó, entre una veintena de temas, "El club de los imposibles", la coreada "El extranjero" y una inesperada versión de "Deshacer el mundo", que sedujo al auditorio.

Bunbury se va. El artista maño (Zaragoza, 1967) se aleja un tiempo de los escenarios para centrarse en otros proyectos artísticos tras una larga gira que lo ha mantenido un año entero en plena forma sobre los escenarios de toda América peregrinando con su 'Palosanto Tour'.

La gira tomó el nombre de su último disco 'Palosanto' (2013), que hace el número 14 entre los álbumes de estudio y los directos y que paseó con éxito al otro lado del charco, de Norte a Sur, de Nueva York a Buenos Aires, pasando por México, Honduras o Costa Rica.

Trece países en total, antes de echar el candado en España con 'Last shows on earth', (últimos espectáculos en la tierra), recuperando algunos de los conciertos que tuvo que suspender en junio por la repentina enfermedad del guitarrista de su banda, Los Santos Inocentes, Jordi Mena, que sufrió un desprendimiento de retina.

El concierto que llenó esta noche las butacas del Palacio de Congresos compostelano fue la repesca del que se canceló en Compostela el 7 de junio. A Bunbury le quedan, todavía, otras tres escalas en Valencia (14), Sevilla (18) y Madrid (20), antes de cerrar 2014 y despedirse del público.

Hasta que decida volver. Fans no le faltarán. Hasta tres veces salió al escenario en los 'bises', entre aplausos, para salir con el 'Viento a favor'. EFE

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