Cabanas afirma que antes de ponerse a escribir visita las tumbas de sus personajes

  • Santa Cruz de Tenerife.- El escritor Antonio Cabanas, autor de "El hijo del desierto", afirmó que antes de ponerse a escribir visita las tumbas de sus personajes, traduce los jeroglíficos, estudia su personalidad y acude a la documentación existente; "por lo que todo lo que cuento es riguroso".

Cabanas afirma que antes de ponerse a escribir visita las tumbas de sus personajes
Cabanas afirma que antes de ponerse a escribir visita las tumbas de sus personajes

Santa Cruz de Tenerife.- El escritor Antonio Cabanas, autor de "El hijo del desierto", afirmó que antes de ponerse a escribir visita las tumbas de sus personajes, traduce los jeroglíficos, estudia su personalidad y acude a la documentación existente; "por lo que todo lo que cuento es riguroso".

Cabanas, piloto de profesión pero "afectado" por el "virus" del antiguo Egipto, que le contagió a la edad de siete años, "al ver la máscara de Tutancamon", aseguró en una entrevista con EFE que "El hijo del desierto" le costó un año escribirlo; tres meses en las tumbas y alrededores de Egipto y nueves meses para redactarlo.

"Es un libro histórico divulgativo que hace un alegato en contra de la guerra, aunque su protagonista es un feroz guerrero, al estilo de Aquiles, que vive envuelto en un misterio y se encuentra atormentado, deseando que se acabe pronto ", aseguró Cabanas.

El autor explica que su protagonista, Sejemjet, vivió en la XVIII dinastía; 1.500 años antes de Cristo, un periodo muy violento en el que el faraón, Tutmosis III, pretendía ampliar las fronteras de Egipto y lo consiguió; llegaron, tras 17 guerras, del Éufrates a Nubia.

"Abrieron fronteras, cobraron tributos a los pobladores de los nuevos territorios, el imperio se enriqueció, y tras las guerras llegó un periodo donde brillaron las artes y las letras, donde florecieron grandes artistas", agregó.

"El hijo del desierto", último libro de Cabanas tras "La conjura del faraón" y "El ladrón de tumbas", también basados en el antiguo Egipto, a parte de novela histórica divulgativa, es un libro también de misterio, de amor, de aventuras; todo muy cinematográfico.

"Ya me han comentado que de mis libros se pueden hacer películas, pero recelo, la película te puede destruir la obra, aunque a punto estuve de llevar 'La conjura del Faraón' al cine", señaló el escritor.

Aseveró que sobre el antiguo Egipto queda un 70 por ciento por descubrir; "una civilización que duró 3.000 años tiene mucho que contar, y, por ejemplo, falta por descubrir la tumba de Cleopatra, que puede estar junto a la de Marco Antonio".

Cabanas, que ha efectuado estudios de egiptología, así como de lengua egipcia y escritura jeroglífica, y que desde 1990 es miembro de la Asociación Española de Egiptología, afirmó que la pasión por el antiguo Egipto es una semilla que va creciendo y "produce como un efecto llamada".

"Los egipcios vivían en una sociedad adelantada a su tiempo, con mucha cultura, fuerte en sus estructuras y con unas leyes que la sustentaban", añadió.

"El declive vino porque los templos comenzaron a tener mucho poder, tenían riquezas, más esclavos que el Faraón, en algunos casos con más poder que el del propio representante de dios en la tierra, como el templo de Amón, en Karnak".

En el siglo X antes de Cristo comienzan las secesiones, el sacerdote Herihor se hizo con el poder y se convirtió en faraón, por lo que el imperio de dividió en dos.

"Ya para entonces estaban floreciendo nuevas potencias, como Persia, y más tarde Egipto se convirtió en colonia griega y después en provincia romana, aunque todo acabó cuando se perdió la lengua", afirmó Cabanas.

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