Carlos Jean "aprieta" al espectador de "Combustión" con electrónica agresiva

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 25 abr.- Ante el encargo de crear la banda sonora de "Combustión", un film plagado de tensión y motores rugientes, el director Daniel Calparsoro trasladó a Carlos Jean dos indicaciones: uno, que la música sería un elemento destacado y, dos, cerró el puño fuerte y le dijo que así tenía que enganchar al público.

Sobre esa imagen y el metraje de la película, el DJ, productor y compositor ferrolano eliminó de inmediato de su cabeza el estereotipo de violines que se asocia a las BSO para facturar doce cortes que mezclan dance, house y la "electrónica agresiva" del dubstep, dulcificando el conjunto con la voz de uno de sus hallazgos artísticos de internet, Electric Nana.

"Esta película te agarra, empieza a apretar, te pega al sillón y entonces aparece una canción y te suelta un poquito. Y cuando estás tranquilo, te vuelve a apretar y empujar hacia abajo hasta que ya no puede más. Entonces la película se licua y aparece esa otra canción", explica hoy a Efe sobre los efectos que intentaba conseguir con la comunión de imagen y sonido.

La canción a la que se refiere es "Prisoners", el single de este disco que ha llegado a las tiendas y las radios antes que el propio estreno en cines de la película, previsto para mañana, en otro ejemplo de la estrategia artística y comercial que practican en su sello, MUWOM, responsable también del "Plan B" con el que agitaron hace dos años el panorama musical.

"Hay películas cuyas escenas las recuerdas por sus canciones. Eso pasa aquí seis veces", asegura Carlos Jean, que ha contado con la colaboración de DJ Nano, Ferrara, Aqueel y Van Bylen.

Defiende que los cortes de "Combustión", basados en la música electrónica, se sostendrían con una guitarra porque están trabajados desde la misma composición, en la que también ha participado Electric Nana.

"Yo hago canciones", advierte frente a los recelos de algunos colegas ante éxitos comerciales como "Lead the way" o "Gimme the base", a los que advierte que "no hay que bajar la guardia en la producción y la composición porque estés haciendo electrónica".

El músico, que ha dado forma a discos como "Naturaleza muerta" de Fangoria (2001) o "Pa fuera telarañas" (2004) de Bebe, echa de menos en España "más DJ que sean también compositores y productores".

Fuera del cine, sigue adelante con su faceta televisiva dentro del programa "El Hormiguero", que le ha deparado varios minutos de oro ante audiencias de hasta 4 millones de espectadores.

Considera que la clave de ese éxito está en el componente de "riesgo" de crear músico en vivo y hacer partícipe al público, una idea que pronto se convertirá en un espacio con entidad propia, tras venderle los derechos a la productora Endemol, contradiciendo a quienes afirman que la música no vende en televisión.

"Lo que hay que ser es suficientemente inteligente como para saber qué música hay que llevar. (...) No hace falta cantar las canciones de siempre", dice refiriéndose a los concursos de talentos que abusan de éxitos manidos.

"Creo que los talent-shows que se han hecho en este país han aportado más daño que beneficio a la música, porque no cuentan el auténtico valor de la música, la creación", dice.

Curioso por naturaleza, siempre ocupado con proyectos, asegura que, pese a la notoriedad alcanzada, no se está haciendo de oro. Como mucho, "salvando el culo", que ya es decir en plena crisis, y critica a la industria tradicional por sus continuas pataletas.

"Yo no tengo tiempo para protestar, solo para hacer música", apostilla.

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