Casajuana:Ser catalán es formar parte de una nación con una cultura arraigada

  • Diplomático en excedencia y exembajador de España en el Reino Unido, el también escritor Carles Casajuana reflexiona en una entrevista con Efe sobre la identidad catalana y asevera que ser catalán hoy "es ser ciudadano de una de las naciones con una cultura más arraigada dentro de Europa".

Barcelona, 21 sep.- Diplomático en excedencia y exembajador de España en el Reino Unido, el también escritor Carles Casajuana reflexiona en una entrevista con Efe sobre la identidad catalana y asevera que ser catalán hoy "es ser ciudadano de una de las naciones con una cultura más arraigada dentro de Europa".

Casajuana acaba de publicar con Columna la novela "El melic del món" (El ombligo del mundo), donde recupera a los protagonistas de su premiado título "El último hombre que hablaba catalán", Miquel Rovira y Ramón Balaguer, a quienes el lector encontrará ahora enfrascados en la redacción de un ensayo sobre Cataluña y la manera de ser de los catalanes.

El novelista sostiene que Cataluña no puede verse de manera abstracta porque forma parte de España y "su relación de identidad la tiene con respecto a la identidad española y a la europea".

A su juicio, sin embargo, dentro de Europa la cultura catalana tiene "una tradición igual que tienen otras culturas, lo que le da una personalidad".

Asimismo, considera que ser catalán en este momento es formar parte "de una de las zonas más atractivas" del viejo continente y "ser miembro de una comunidad que demostró hace unos días -en referencia a la Diada- su capacidad de manifestarse de forma pacífica, absolutamente tolerante, y ejemplar".

No pretende con el libro hacer "intrusismo político" porque, además, es de los que defiende la necesidad de que "los políticos hagan política y la hagan bien", sino simplemente "reflexionar sobre la identidad catalana, que viene de muy atrás y que se proyectará en el futuro".

"No intento con el texto convencer absolutamente a nadie, ni hacer cambiar de opinión a ninguna persona, pero sí quiero que todo el mundo tenga elementos para reflexionar sobre Cataluña, desde un homenaje personal, con una ironía amable, como queda claro desde le mismo título", precisa.

Nacido en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) en 1954 y con una larga trayectoria diplomática, Casajuana indica que el libro, aunque sea una novela en la que también hay una trama amorosa, sí refleja "el carácter abierto, cosmopolita y dialogante de la sociedad catalana actual, capaz de reírse de sí misma".

"Lo que más sobresale hoy es una gran tolerancia, comprensión y capacidad de diálogo, porque hay posiciones muy diferentes y en los momentos en los que se manifiestan las ideas sobre las cuestiones básicas de la existencia se hace siempre de forma ejemplar", dice.

Por otra parte, rememora que el pasado día 11 de septiembre se encontraba en el acto de la Librería Blanquerna de Madrid y que cuando oyó ruidos en el momento en el que iba a intervenir el delegado de la Generalitat pensó que se había invitado a un grupo de teatro como La Fura dels Baus.

A su juicio, fue un momento desagradable. "Lamentablemente -prosigue- no eran los de la Fura dels Baus, pero tampoco era gente que representara a nadie más que a ellos mismos porque yo en Madrid no detecto esa actitud".

Décima novela que publica, cuando se le pregunta si le ha condicionado en alguna ocasión a la hora de escribir el formar parte del cuerpo diplomático, Carles Casajuana afirma tajante que nunca ha tenido ninguna dificultad y que siempre ha actuado "con plena libertad".

A la vez, subraya que como catalán siempre se ha sentido "plenamente integrado" en su trabajo como diplomático, que le ha llevado a Bolivia, Filipinas y Malasia, entre otros países.

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