El actor Ben Affleck sigue con su más que prometedora carrera como director con Argo, un largometraje que recrea el asalto de varios revolucionarios iraníes a la embajada de Estados Unidos en Teherán. El suceso, ocurrido el 4 de noviembre de 1979, acabó con un final de película.
La estrella de cine norteamericana asume el papel de Tony Méndez, el hombre que urdió un ingenioso plan para liberar a los rehenes. Affleck, dispuesto a parecerse lo más posible al hombre real que interpreta, se dejó crecer barba para la película. El cambio de imagen incluso desagradó a sus hijas.
"Odiaban la barba y me pedían que me la quitara; yo les comentaba que tenía que hacerlo por temas laborales. Ellas preguntaban qué tipo de trabajo necesitaba para que no me afeitase", confesó entre risas, durante la presentación de la película en el Festival de San Sebastián.
El actor estadounidense afirmó que ha querido con esta nueva película rendir "homenaje a los diplomáticos que ponen su vida en peligro".
La presentación de la cinta coincide con los actuales asaltos a embajadas americanas en varios países árabes por las ofensas a Mahoma. Sin embargo, Affleck ha puntualizado que su película se rodó durante los meses de auge de la primavera árabe cuando, según el intérprete, "nada hacía presagiar desastres posteriores".
El director de Argo reconoció que, aunque su país intervino en los asuntos de Irán durante la época en la que transcurre el filme, "no siempre la implicación de Estados Unidos es perniciosa".
Affleck también desveló algunos detalles sobre su posible intervención en The Stand, la nueva adaptación de una novela de Stephen King.
"Es un libro muy difícil de adaptar y el guion es todavía muy largo", finalizó.
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