La 91 edición de los Oscar pasará a la historia como una gala más rápida -ha durado tres horas 18 minutos- pero no como un gran show, aunque empezó muy fuerte. Y culpa de ello la tiene la actuación de Queen sobre el escenario con Adam Lambert al micrófono que logró poner a todo el auditorio en pie, mientras interpretaban una mezcla de sus temas que abrió con "We Will Rock You".
La apabullante actuación de Lady Gaga y Bradley Cooper defendiendo la canción "Shallow" de 'Ha nacido una estrella' tampoco defraudó. Aspiraban a protagonizar uno de los momentos más brillantes de los Óscar y no decepcionaron. Bordaron "Shallow", que posteriormente ganaría el Óscar a la mejor canción original, con una emotividad y una intensidad extraordinarias en una actuación de diez que, además, se benefició de una puesta en escena ideal y muy íntima.
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