Condenado a 20 años por sedición el dueño de una emisora de radio en Camboya

  • Un tribunal de justicia de Camboya condenó hoy a 20 años de cárcel al propietario de una emisora de radio independiente por sedición y otros cargos, y sentenció a penas de hasta 30 años a varios cómplices que permanecen fugitivos, informan los medios locales.

Bangkok, 1 oct.- Un tribunal de justicia de Camboya condenó hoy a 20 años de cárcel al propietario de una emisora de radio independiente por sedición y otros cargos, y sentenció a penas de hasta 30 años a varios cómplices que permanecen fugitivos, informan los medios locales.

El camboyano Mam Sonando, de 70 años y poseedor de Beehive Radio, calificó de "injusta" la sentencia que impuso la jueza Chang Sinath en los juzgados de Phnom Penh, porque el imputado conspiró para independizar la provincia de Kratie, en el este de Camboya.

La esposa de Sonando, Dinn Phanara, adelantó que el abogado de su marido recurrirá contra la pena, según el diario local "Phnom Penh Post".

Bun Ratha, el otro "cerebro" del plan secesionista, fue condenado en rebeldía a 30 años de cárcel, mientras que otros cómplices también fugados recibieron castigos menores.

Los seguidores de Sonando, varios centenares de los cuales se manifestaban en el exterior del edificio, y organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado que este proceso está políticamente motivado.

Este juicio está vinculado con la deforestación y las concesiones de tierras en Camboya, causas por las que murió el activista medioambiental camboyano Chhut Vuthy el pasado 26 abril en un incidente con un soldado y una camboyana de 14 años en mayo, cuando el Ejército irrumpió en la aldea Broma para sofocar las protestas de los locales contra la orden de su desalojo.

Sonando, cuya emisora criticó la respuesta gubernamental en esos casos, fue detenido el 20 de julio en su casa de Phnom Penh.

El periodista Hang Serei Oudom, de 44, que había escrito sobre casos de tala ilegal, fue encontrado muerto en septiembre en el interior de su automóvil en la provincia de Ratanakiri, en el noreste del país.

Según el grupo "Global Witness", que el Gobierno contrató a principios de siglo para supervisar las junglas del país y cuyo contrato rescindió cuando se volvió demasiado incisivo, la corrupción en los gobiernos local y nacional y los cuerpos de seguridad ampara la explotación maderera ilegal en Camboya, un negocio que produce unos 13 millones de dólares al año.

Otras empresas lucrativas que merman las junglas camboyanas son las plantaciones de caucho y de palma de aceite.

A finales de 2010, el Gobierno de Camboya, país con una extensión de 18,1 millones de hectáreas, tenía unas 80 concesiones que afectaban a 1.127.841 hectáreas de terreno en 16 provincias, de acuerdo con datos de "The Center for People and Forests", una entidad financiada por la Unión Europea.

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