Venecia (Italia).- El escritor y cineasta argentino Edgardo Cozarinsky se niega a participar del "circo" que, según él, en ocasiones se monta en el Festival Internacional de Cine de Venecia, donde precisamente hoy presentó su última película, "Nocturnos", dentro de la sección paralela "Horizontes".
"Yo he venido a la sección 'Horizontes', que tiene una visión, una elección, una actitud ante el cine determinada. Veo la multitud ante el Palacio del Cine y no solo veo la multitud, veo cómo gritan cuando aparece una actriz, un actor famoso. Me parece como un circo", afirma Cozarinsky en una entrevista con Efe en Venecia.
"Lo entiendo perfectamente, pero no me interesa, yo no participo de eso. Y tampoco me siento excluido, porque nunca he tenido la más mínima intención de participar (...) Todo el lado 'show business', la farándula, lo veo de lejos, como un fenómeno social, de costumbres, pero ni siquiera me atrae", añade.
Cozarinsky (Buenos Aires, 1939) asegura que a su edad tiene que intentar hacer las películas o los libros que siente que le quedan por hacer y no entrar en ese lado de lo que él denomina como "circo" del mundo del espectáculo.
"De pronto hay cosas más perversas en la noche que sí me atraen para acercarme como espectador, pero esto ni siquiera, me parece una banalidad total. Para mí estar en Venecia no es estar en el Festival de Cine de Venecia, sino estar en la sección 'Horizontes', ver películas que tal vez no pueda ver luego", comenta el escritor.
"¿Para qué ver películas en la Sala Grande? ¿Para ver la película de Cronenberg, de Soderbergh, de Polanski, que van a pasar en el cine de mi barrio dentro de tres semanas? No me interesa. En cambio, acá veo una película tailandesa, una película portuguesa, algo que es muy difícil que llegue a cruzar mi camino", añade.
La película que el director argentino presentó este martes en el apartado "Horizontes", dedicado a los nuevos formatos cinematográficos, ofrece un relato muy poético de la noche bonaerense, en el que la soledad se hace protagonista a través de la historia de un joven que ha perdido a su pareja, pero en el que sale a relucir también el concepto de la memoria.
"He sido más de noche y estoy siéndolo menos. Con la edad es inevitable, uno carga con tantas cosas... Soy más de día ahora, pero de día límite: primeras horas del día o últimas horas del día", explica Cozarinsky.
"Las horas centrales, donde tienes todas las obligaciones prácticas -suena el teléfono, tienes que ir al banco y todo eso-, como que no me interesan nada. En cambio cuando empieza a bajar el sol y se respira de otra manera, uno se detiene, se sienta a tomar un café... uno se siente libre, ahí empieza algo", añade.
"Nocturnos" es además la demostración del amor que profesa el cineasta por Buenos Aires, una ciudad con una gran vida nocturna y una "fuerte personalidad en la gente", según Cozarinsky.
El dramaturgo argentino pretende además que esta última película y su anterior "Apuntes para una biografía imaginaria", sean el segundo y primer filme, respectivamente, de una trilogía que espera completar con su próximo proyecto, en el que quiere dar todo el protagonismo a los actores, quienes para él son como toreros por su elevado grado de exposición personal.
Por Miguel Cabanillas
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