Los cursos de verano desarrollan la idea del "ecosistema cultural"

Ha definido como ecosistema cultural "todo aquello relacionado con organizaciones, asociaciones, instituciones, grupos y personas que tienen una relación de interdependencia que se construyen en torno a la idea de lo cultural".

De esta manera, ha añadido, "un centro de arte, así como los artistas, los vecinos, los usuarios, los proveedores e incluso los que están en contra de dicho centro forman parte de ese ecosistema".

"Habría dos formas --añade-- de integrar ese ecosistema cultural; por un lado, una manera que no se adapta", poniendo de ejemplo la Torre Pelli de Sevilla, y "otra vía que utiliza los espacios vacíos o infrautilizados en los que se produce un aprendizaje, una práctica y una relación y adaptación con el entorno", ha aseverado.

A su juicio, "teatros, cines, centros culturales y bibliotecas son endogámicos", ya que "las industrias culturales han supuesto la sectorización de la música, de las artes escénicas y del libro". "La idea es que se construya cultura desde el ecosistema, contando con los elementos que lo componen".

Pedro Jiménez ha valorado "la curiosidad y la creatividad como valores clave para construir ecosistema", ya que afirma no haber establecido "todas las conexiones con el ecosistema cultural sevillano", pero esos ideales "le incitarán a ello".

Toda este idea se enmarca dentro de "un nuevo concepto de cultura" ligado a la visión de la cultura como "derecho, recurso y bien común", entendiéndolas como "visiones que ni se dan únicamente ni eliminan a las otras". "Es posible ganarse la vida con la cultura", afirma, pero "vinculándose a un nuevo modelo relacionado con comunidades en torno a la economía social y colaborativa".

Esta serie de ideas sobre cultura y ecosistema se insertan en la idea de "procomún que es una respuesta teórica y económica que defiende un tercer tipo de propiedad entre la pública y la privada". Este modelo defiende "la existencia de un recurso, como una canción, que está gestionada por comunidad y que se da unas normas o licencias", poniendo como ejemplo más revelador el de Wikipedia.

INTERNET Y CULTURA

"El surgimiento de Internet supuso un problema para la creatividad y para la propiedad intelectual", asegura Pedro Jiménez. "Internet nos ha cambiado la vida --añade-- pero hay que ser crítico también", proponiendo una postura de "tecnorrealismo, es decir, ni fobia ni filia por la tecnología e Internet, sino construyendo una realidad crítica hacia ambas".

Por ello explica que "la vida es muy diferente a hace 20 años" pues "hay que desarrollar espacios interactivos, la conexión entre personas para desarrollar habilidades, la navegación transmedia y la distribución del conocimiento". Finalmente, ha reivindicado "una conciencia digital crítica urgente", pues "la sociedad, tanto cultural como cotidianamente, está mediatizada por una serie de dispositivos". "Un análisis del Ministerio de Cultura señaló que, en todas las dimensiones digitales estudiadas, España era una sociedad incompetente digitalmente", ha concluido.