Eduard Márquez retrata la juventud y el paso a la madurez en su última novela

  • Barcelona.- El encuentro azaroso con un viejo amigo de la niñez convertido en un mendigo es el detonante de "El último día antes de mañana", la novela en la que el escritor catalán Eduard Márquez recupera la juventud, revisa la transición a la madurez y retrata las dificultades vitales.

Eduard Márquez retrata la juventud y el paso a la madurez en su última novela
Eduard Márquez retrata la juventud y el paso a la madurez en su última novela

Barcelona.- El encuentro azaroso con un viejo amigo de la niñez convertido en un mendigo es el detonante de "El último día antes de mañana", la novela en la que el escritor catalán Eduard Márquez recupera la juventud, revisa la transición a la madurez y retrata las dificultades vitales.

Poeta nacido en Barcelona en 1960, Márquez publica su tercera novela en la que el narrador reconstruye su niñez, influenciada por la inestabilidad de su madre y la represión de la educación religiosa, su postadolescencia durante el ocaso franquista y su madurez marcada por los fracasos conyugales y las dudas profesionales.

En una entrevista a Efe, Márquez comenta que las ganas de explicar episodios de su vida y el encuentro fortuito con un amigo de la infancia tocando la armónica en una calle transitada de Barcelona fueron los elementos esenciales que le empujaron a crear la historia.

"A partir de ese día me pregunté: por qué el y no yo?", explica.

Además, la lectura en un artículo de Javier Marías sobre amigos que desaparecen y el descubrimiento de una cita del escritor James Salter en uno de sus relatos breves sobre "las vidas que caen encima" acabaron de convencerle.

"Es un libro que habla de la dificultad de ser feliz", explica, al tiempo que reconoce que a pesar del pesimismo que transmiten algunas escenas, el relato también deja margen para "la redención personal".

"El último día antes de mañana", editada por Empúries en catalán y Alianza en castellano, se coció a "fuego lento" ya que Márquez necesitó cinco años para crear una historia que fuera "creíble", y en la que considera vital el proceso de documentación para poder explicar de forma fidedigna algunos de los episodios narrados.

Asimismo, en esta ocasión Márquez también ha hecho la traducción del catalán al castellano, algo que "nunca" había hecho y que considera que es un proceso "creativamente muy poderoso" porque permite construir un diálogo entre ambas obras.

Una de las singularidades de su libro es la sencillez del estilo, caracterizado por frases cortas y concisas que permiten mantener "las esencias de las cosas" y que muestran la herencia poética de Marquez.

"Menos es más", éste es el lema del escritor catalán, quien reivindica que el lenguaje poético es fundamental para la escritura de cualquier género ya que, a su juicio, comporta respeto por la lengua, por la música, por la cadencia y por el ritmo narrativo.

En esta sentido, también destaca el aspecto y el diseño interior del libro que, con una tipografía "grande" y un doble espaciado, ayuda a contagiar esta brevedad estilística.

Por otra parte, el ritmo narrativo no lineal es otro de los elementos distintivos del libro.

"Mi idea era coger los grandes bloques de la historia y pensar en escenas que transmitieran lo que quería explicar y en base a eso ir moviéndolas", afirma.

Por eso Márquez considera que el salto cronológico entre escenas sirve para generar tensión narrativa y, al mismo tiempo, alternar situaciones que se complementen, se opongan y dialoguen para crear una sensación de equilibrio de una novela pensada para que el lector "trabaje, se implique y sea cómplice" de la historia.

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