El Ballet Flamenco de Andalucía conmemora sus veinte años de historia

  • Por más que el tango quiera que veinte años no sean nada, al Ballet Flamenco de Andalucía, que nació como Compañía Andaluza de Danza, esa cifra redonda le va a servir para hacer historia, su historia, y evocarla en la Bienal de Flamenco con "Imágenes".

Sevilla, 18 sep.- Por más que el tango quiera que veinte años no sean nada, al Ballet Flamenco de Andalucía, que nació como Compañía Andaluza de Danza, esa cifra redonda le va a servir para hacer historia, su historia, y evocarla en la Bienal de Flamenco con "Imágenes".

Esta espectáculo, que podrá verse mañana en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, lleva el subtítulo de "20 años de Ballet Flamenco de Andalucía" y su título obedece a que no es un repaso ni una revisión de sus principales creaciones.

Así. esta construido sobre "imágenes", sobre momentos, cinco en total, cada uno correspondiente a cada uno de los directores que ha tenido en esos cinco lustros.

Esas "imágenes" quedaron fijadas en la retina de su actual directora, Rafaela Carrasco, bailaora y coreógrafa que fue la discípula predilecta de Mario Maya, primer director del Ballet Flamenco de Andalucía, al que siguieron María Pagés, José Antonio, Cristina Hoyos y Rubén Olmo.

Carrasco ha hecho cinco coreografías sobre cada uno de ellos, de unos quince minutos de duración, que, aunque funcionan como una unidad en sí mismas, tienen "distintos momentos" cada una de ellas, según ha explicado la directora en conferencia de prensa.

Cada una de las coreografías son "creación personal", no tratan de emular a los maestros en los que se inspiran y, en el plano coreográfico, han sido "creación de equipo" de los jóvenes miembros del ballet, quienes durante el último mes y medio han tenido que compatibilizar sus actuaciones con ensayos vespertinos, para tener el espectáculo para la Bienal.

Más que sobre palos flamencos concretos, cada una de las coreografías se apoyan en "piezas musicales", según ha explicado Carrasco, quien ha expresado su devoción por su maestro, Mario Maya.

La coreografía inspirada en María Pagés procede del paso a dos de su "Perro andaluz"; la de José Antonio será una pieza de batas de cola; la de Cristina Hoyos se basa en el elemento de las maletas de su "Viaje al sur", que simboliza el eterno viaje y la continua búsqueda de los artistas y la de Rubén Olmo evocará los mantones en la plaza de toros.

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