"El Cid", primera Puerta Grande de la feria de Ciudad Real

Ciudad Real, 17 ago.- El diestro Manuel Jesús "El Cid" cortó hoy tres orejas y salió a hombros en el primer festejo de la feria de Ciudad Real, en el que tanto Daniel Luque como Fernando Tendero pasearon también un apéndice.

FICHA DEL FESTEJO.- Tres toros -segundo, cuarto y sexto- de José Vázquez, y otros tantos -primero, tercero y quinto- de Sonia González, descastados, sosos y flojos. El más toreable, el cuarto.

Manuel Jesús "El Cid", oreja y dos orejas.

Daniel Luque, ovación y oreja con petición de la segunda.

Fernando Tendero, oreja tras aviso y ovación.

La plaza tuvo un tercio de entrada.

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"EL CID" SE LLEVA EL GATO AL AGUA

Cada uno de los toreros dispuso de un toro para hacer algo del toreo que cada uno siente, si bien en realidad ninguno de los toros colaboró en plenitud, ya que el que más se dejó, el cuarto, en realidad fue un manso, aunque encastado.

Ante él, "El Cid" logró el trasteo más vistoso, con fases repletas de naturalidad, temple y suavidad, sobre todo por el pitón izquierdo, lado por el que condujo a su oponente con gusto y despaciosidad.

Su primero se agotó tras las primeras tandas con la mano derecha, a pesar de lo cual le fue concedida una generosa oreja, como fue generoso el doble trofeo que paseó en el cuarto después de fallar con los aceros.

Sin embargo el trasteo de más mérito corrió a cargo de Fernando Tendero, un torero ciudarrealeño que el año pasado resultó triunfador de la feria y que tan sólo ha hecho un paseíllo de luces entre su actuación del año pasado y la de éste.

Fue en el tercero de la tarde, con el que Tendero anduvo pausado y sereno, dándole al toro lo que pedía, es decir, tiempo, desahogos y toques suaves. Notable faena de Fernando Tendero. Por encima del toro.

Por desgracia no pudo redondear triunfo para salir a hombros por la falta de clase del que cerró plaza, un toro que se apagó muy pronto y ante el que -esta vez sí- se apreciaron las carencias para arrancar una oreja.

Daniel Luque torno las lanzas en cañas en su primero, un toro protestado por soso y flojo y al que terminó enjaretando algún derechazo muy meritorio y jaleado por los tendidos.

Pero en el que realmente llegó al público fue en la faena al quinto. Ahí se pudo ver a un torero sobrado, toreando tanto con los pies juntos como con el compás abierto, poniendo a chispa que no tuvo el astado de Sonia González.