El cine histórico y documental pide paso en el 56 Festival de Valladolid

  • El talento visionario de un crítico de cine, Fernando Lara, hizo posible hace ya un cuarto de siglo que la Semana Internacional de Valladolid (Seminci), que dirigió entre 1984 y 2004, incorporase a su estructura una sección específicamente dedicada a los documentales (Tiempo de Historia).

Roberto Jiménez

Valladolid (España), 26 oct.- El talento visionario de un crítico de cine, Fernando Lara, hizo posible hace ya un cuarto de siglo que la Semana Internacional de Valladolid (Seminci), que dirigió entre 1984 y 2004, incorporase a su estructura una sección específicamente dedicada a los documentales (Tiempo de Historia).

Como una nueva forma de ver y hacer cine concibió Lara esa novedad que, con el paso del tiempo, ha dotado a la Seminci de un rasgo identificativo, han imitado otros certámenes y ha desbordado sus límites hasta el punto de pedir paso dentro de la sección principal del Festival de Valladolid, como ha ocurrido esta jornada.

Dos filmes de ficción con un evidente trasfondo documental han competido hoy: "Verdades verdaderas/La vida de Estela", la ópera prima del argentino Nicolás Gil Lavedra sobre la presidenta de la Asociación Abuelas Plazas de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, y "La Conquete" ("La Conquista"), la crónica de la ambición de Nicolás Sarkozy por alcanzar el Elíseo.

El paradero de más de 30.000 desaparecidos durante la dictadura militar de Argentina (1976-1983) se ha encargado de recordar Gil Lavedra en su primer largometraje, "La vida de Estela", que ha recibido una cálida acogida en la Seminci.

Además de refrescar la memoria histórica y de exaltar el triunfo de la justicia, el director bonaerense ha tributado un emotivo homenaje a quienes han luchado por sus derechos y los de las víctimas, caso de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo.

La actriz Susú Pecoraro interpreta a Estela, madre de una hija asesinada en 1978 después de alumbrar un bebé que fue dado en adopción y cuyo paradero desconoce.

En el filme "La Conquete" ("La Conquista"), de Xavier Durringer y con la figura del presidente francés Nicolás Sarkozy como eje central, planea el arte de hacer política, desde las máximas de Maquiavelo hasta la prestidigitación de los tiempos que corren con el concurso de la mercadotecnia.

El largo, meditado y laborioso camino de Sarkozy hasta el palacio del Elíseo relata Durringer (París, 1963) en una película que acota entre 2002, cuando el entonces presidente Jacques Chirac le nombra ministro de Finanzas, y 2007, cuando gana las elecciones.

Durringer, especializado en filmes para televisión, describe con habilidad el trampantojo de la política a través de la intriga palatina, la traición artera y la hipocresía versallesca de todos los protagonistas, actores de una mascarada donde el pueblo obra como mero figurante, el mal necesario para alcanzar el poder.

A pesar de tratarse de un largometraje de ficción, el director logra un tono muy verídico y contundente a través de la excelente caracterización de los personajes: Denis Podalydès en el papel de Sarkozy y Bernard le Cocq en el de Chirac, entre otros.

Xavier Durringer no obvia ni la agitada vida privada del actual presidente de Francia, entonces ministro, ni los turbios manejos en que se vio implicado para lograr financiación, ni los pactos 'ad hoc' para no perder pie en su carrera por llegar hasta el Elíseo.

Por su parte, la cineasta británica Andrea Arnold ha readaptado para la pantalla grande la novela "Cumbres Borrascosas", de Emily Brontë, en la película "Wuthering Heights", que también ha concursado.

Se trata de una historia lúgubre de un amor frustrado, de rivalidad, racismo y venganza ambientada en el condado inglés de Yorkshire en el siglo XIX, cuando un granjero encuentra a un muchacho indigente en Liverpool y decide acogerlo.

Es la primera participación de la directora (Kent, 1961) en el festival vallisoletano para presentar una de sus películas. EFE

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