El clown David Larible elige España para el estreno mundial "Laribleando"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 23 ene.- Cebolla, trufa, nata, huevos, queso y panceta componen los "mejores" spaguetti carbonara del mundo, según su cocinero, David Larible, "número 1" de los payasos gracias, dice, a su armonía de carcajadas, poesía, emoción y sorpresa, las que aporta en espectáculos como el que estrenará mundialmente en Madrid.

Hace dos años, Larible (Novara, Italia, 1957), el "mejor del mundo" gracias al "oscar" circense que le dio el Festival de Montecarlo, visitó España por primera vez en sus más de tres décadas de carrera como "nariz roja" gracias al empeño del empresario Manuel González, "asombrado" de que nadie le hubiera contratado nunca.

Fue en el Circo Teatro Price y nada más conocerse la noticia de su actuación, con el mismo espectáculo con el que había logrado el reconocimiento del Festival de Montecarlo, las entradas se agotaron.

Ahora vuelve, a partir del 6 de febrero, al Price y lo hace estrenando mundialmente su nuevo show, "Laribleando", una forma de conjugar "lo importante de no tomarse en serio, de reirse juntos y compartir emociones, porque el ser humano se está haciendo muy políticamente incorrecto", ha asegurado hoy mientras preparaba para la prensa su especialidad culinaria.

"Mi carbonara es la mejor, no cabe duda", bromeaba en declaraciones a Efe el payaso, convencido de que la receta "infalible" de su éxito no es otra que "la armonía", el equilibrio de la ternura con la emoción, la carcajada con la poesía y la sorpresa: "eso es lo que toca al espectador", describe.

Es muy importante que el público "nunca sepa lo que va a pasar" y eso lo consigue aunque repita programa, "porque cada noche, cada función es distinta".

En el nuevo espectáculo incluirá solo "una cosa" que el público "pide siempre", y el resto será "todo nuevo", pero no quiere avanzar nada, solo que "será un poco más introspectivo, un poco más 'tocante'", se ríe de nuevo.

Séptima generación de una saga de artistas, casi todos acróbatas, en la que él era "la oveja negra" porque nunca le atrajo el trapecio y su esfuerzo sin medida, presume de que sus hijos y nietos se dedican al circo como payasos, y está "encantado" de compartir el mismo código con ellos, aunque sean todos "muy diferentes".

"Es muy emocionante que la antorcha pase de generación en generación y ver cómo crecen de año en año con el público. Nunca he forzado a mis hijos a que siguieran mis pasos y hacen lo que hacen porque quieren, y es la única forma de tener una posibilidad de triunfar", ha subrayado mientras cocinaba como un auténtico "máster-clown".

En su interpretación la improvisación tiene un gran importancia, algo que empezó a hacer en 1981 y que luego han imitado los demás, así como la intervención de los espectadores.

Selecciona a varios cada noche para que le acompañen en sus juegos, y escoge "tipos", es decir, personas que sean representativas de distintas edades, "de forma que nadie se sienta excluida y sienta que es parte activa del espectáculo".

"Los espectadores se convierten en 'partenaires', en cómplices, porque se dan cuenta del respeto con el que les trato", ha insistido.

Es "muy posible" que Larible sea estrella de las Navidades del Price en 2017, según González, aunque el italiano todavía no quiere comprometerse a lo que, "sin duda", sería "un bombazo", dice el empresario.

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