El códice Durán-Masaveu abre las puertas del taller poético de Lope de Vega

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Madrid, 11 dic.- La edición facsimilar de uno de los últimos códices poéticos de Lope de Vega, el Durán-Masaveu, presentada hoy en la sede de la Real Academia Española, abre las puertas del taller poético del genial escritor y "desmiente la imagen del Lope fácil". No todo le salía a la primera.

De las distintas versiones que Lope de Vega hacía de cualquiera de sus poemas, hasta el punto de que para un soneto podía ocupar tres folios, ha hablado hoy el director del Instituto Cervantes y director honorario de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, máximo responsable de la edición del "Códice Durán-Masaveu".

Los detalles de este códice, propiedad de la Corporación Masaveu y que ha sido coeditado por la RAE y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, han sido desgranados por García de la Concha, en un acto en el que también han intervenido el director de la Academia, José Manuel Blecua, y Fernando Masaveu, presidente de la citada fundación.

Al igual que los otros dos códices poéticos que se conservan de Lope, el Pidal y el Daza (recientemente adquirido por la Biblioteca Nacional), el códice Durán contiene borradores de poemas y diversos textos en prosa, como "dedicatorias, dictámenes, declaraciones y hasta algún boceto de obra dramática".

"Estos cuadernos cumplían, en cierto modo, la función de diario poético. Para las comedias y autos sacramentales utilizaba Lope otros", afirmaba García de la Concha, que en los últimos años ha dedicado bastantes horas de trabajo a sacar adelante la edición de este códice, en colaboración con Abraham Madroñal y Carlos Domínguez.

Que se trata de un cuaderno de trabajo queda claro nada más hojear la edición facsímil que, al igual que el original, expuesto hoy en la RAE, aparece llena de tachaduras y de correcciones. La labor de transcripción que han hecho los editores permite conocer el contenido completo de lo escrito por Lope.

"El valor principal de esta edición radica en el propio facsímil, que desmiente la imagen del Lope fácil, y en que permite ver la diferencia entre la escritura teatral y la poética", señalaba García de la Concha, mientras que para José Manuel Blecua, "lo fundamental de este texto es que se ve la originalidad y el poder de creación" de este gran escritor del Siglo de Oro. Y se ve también "la lucha del poeta con el verso".

El códice, de 176 hojas autógrafas, contiene poemas y textos diversos pertenecientes a la etapa de senectud del autor de "La dama boba", escritos entre 1626 y 1631. Algunos son de tinte erótico y jocosos, y otros figuran entre los mejores poemas amorosos de Lope.

De las páginas de ese cuaderno salieron "composiciones que se integraron en comedias, que figuraron en libros de autores amigos, festejaron celebraciones religiosas y profanas o que integraron obras propias, desde la 'Corona trágica' (1627) hasta las 'Rimas de Burguillos' (1634) y el póstumo 'La Vega del Parnaso' (1637)", comentó García de la Concha, gran experto en literatura del Siglo de Oro.

El códice pasó por diferentes manos hasta llegar a Agustín Durán y a su familia. En 1928 fue adquirido en Londres por Pedro Masaveu en una subasta de la casa Maggs Bros. Pagó por él 50.000 pesetas, una cantidad nada desdeñable para la época, recordó García de la Concha ante los asistentes al acto como el director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, la académica electa Carme Riera y Antonio Garrigues Walker, aspirante a un sillón de la RAE.

Como tantos otros escritores de la época, el autor de "Fuenteovejuna" se aproximó al poder, aunque "su éxito con las comedias le hubiera permitido vivir con decoro a pesar de los muchos gastos que comportaba una familia tan numerosa y peculiar como la suya", dijo el director del Cervantes.

Tras trabajar como secretario de diferentes nobles, entre ellos del duque de Alba, en 1605 Lope se cruzó con Luis Fernández de Córdoba, duque de Sessa, quien quedó "encantado" con unos versos del escritor y decidió incorporarlo a su órbita.

Como recordaba hoy García de la Concha, Lope hizo de secretario de Fernández de Córdoba, pero "sin nombramiento". "Compartía con su señor todos los procesos de pretensiones políticas y sus fracasos, pero sobre todo, y desde muy pronto, las pretensiones y devaneos amorosos". El Fénix de los ingenios le redactaba las cartas de amor y le "escribía versos adaptados a cada amada".

Por la época a la que pertenece el códice Durán-Masaveu, Lope "se sentía viejo" y en 1627 escribe un primer testamento. Tres años más tarde le pidió al duque de Sessa que le reconociera oficialmente como secretario y que le asignara "un pequeño salario" como complemento de los 800 ducados anuales que le proporcionaban sus rentas eclesiásticas.

No consta que el duque accediera a la petición de Lope, aunque sí le dio unas honras fúnebres como, en palabras de Quevedo, merecía el nombre "que ha sido universalmente proverbio de todo lo bueno, prerrogativa que no ha concedido la fama a otro nombre". "Eso, viniendo de Quevedo, era un gran elogio", dijo García de la Concha. EFE.

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