México.- El diestro español Alejandro Talavante perdió un importante triunfo por fallar con la espada, en la cuarta corrida de la temporada 2010-2011 celebrada en la Monumental Plaza México.
El torero extremeño realizó dos faenas de gran escala, que calaron muchísimo en el ánimo del público y todo quedó en una vuelta al ruedo y una salida al tercio. Talavante alternó con los mexicanos Humberto Flores, que cortó una oreja, y Mario Aguilar, que tuvo destellos de una profunda calidad.
El festejo resultó muy interesante. Se lidiaron seis toros de Julián Hamdan, muy bien presentados y de definido estilo, aunque le faltó un punto de raza. El mejor sin duda el segundo, de una nobleza y obediencia supremas. Se dejaron primero, cuarto, que el juez le premio con la vuelta al ruedo en el arrastre sin justificación, y quinto; el tercero, flojo, salió lastimado del primer puyazo y el sexto, que exigió mucho y vendía caras las embestidas.
Flores ha tenido sin lugar a dudas su mejor tarde en México, la más templada y serena. Al primero le hizo una faena torera sobre ambos manos y lo mató de magnífica estocada. Fue premiado con una oreja. Con el cuarto, nuevamente estuvo templado y con gusto, pero los espectadores, como el juez, vio otro toro. Pinchó varias veces y se dividieron las opiniones.
Talavante, que retornó al gran coso, tuvo una actuación de gran altura haciendo gala de sitio, de un valor desmedido y entendió a sus dos enemigos a la perfección, cambiándole el viaje al toro y a medio metro. Todo con gran templanza, fijeza de pies y con indiscutible calidad. Cuajó al segundo con el público entregado, lo pinchó cuatro veces antes de la estocada. Todo quedó en vuelta al ruedo con mucha fuerza y gritos de ¡torero! ¡torero!
Igualmente al quinto lo fue metiendo a la muleta y le extrajo bellos muletazos toreros. Nuevamente la espada lo traicionó, varios pinchazos y aviso antes de la estocada. Saludos desde el tercio.
Aguilar se mostró muy decidido, tranquilo y torero, pero la suerte no le acompañó. Sin embargo, al tercero le instrumentó magníficas verónicas. El toro en el primer puyazo salió arrastrando las patas y ya no sirvió. Lo mató pronto, aplausos. Con el sexto se mostró decidido y su labor ha reunido torería; lástima que pinchó una vez, aviso tras media y cinco descabellos. Como los tres toreros salieron ovacionados.
En la brega destacó Sergio González en los dos toros de Humberto Flores.
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