"El médico hereje" pone en valor a Miguel Servet, un adelantado de su tiempo

  • Concha Carrón.

Concha Carrón.

Madrid, 13 nov.- "El médico hereje", la última novela del historiador zaragozano José Luis Corral, rescata la figura de Miguel Servet, "un adelantado de su tiempo" en la defensa de la libertad de opinión y religiosa en el siglo XVI, que el escritor considera "más necesaria que nunca" en los tiempos que corren.

En una entrevista con Efe, José Luis Corral, catedrático de Historia Medieval y autor de más de trescientos libros y ensayos, asegura que, aunque existían muchos trabajos académicos sobre el médico zaragozano descubridor del sistema circulatorio en el siglo XVI, no existía ninguna novela histórica "con la capacidad que tiene este género para llegar a un público más amplio".

Además, según Corral (Daroca, Zaragoza, 1957), esta novela era necesaria "por muchas razones", entre otras por la vuelta a "nuevos tipos de intransigencia política y religiosa en todo el mundo", como los que llevaron a la hoguera a Miguel Servet (Villanueva de Sigena, Huesca 1509-Ginebra, 1553) por "librepensador, por crítico y por hereje".

"Su defensa de libre pensamiento y su solidaridad con los más desfavorecidos", que le llevaron a crear un turno rotatorio por el cual los médicos de Vienne del Delfinado (Francia) se turnaban para asistir a los pobres que no podían pagarse la asistencia sanitaria, son "tan contemporáneas que, por sí mismas, merecerían ya una novela", según Corral.

Además, recuerda que desde que Servet lanzara su gran mensaje de libertad de pensamiento y de lucha contra la intransigencia, Europa se ha sumido durante siglos en guerras terribles, la última de ellas hace veinte años en Los Balcanes, que enfrentó a los católicos croatas, los ortodoxos serbios y los bosnios musulmanes, lo que demuestra "que no hemos aprendido nada de su mensaje", que hoy día, asegura, "está más vivo que nunca".

En "El médico hereje" (Planeta), el historiador zaragozano pretende recuperar la figura del médico oscense y ponerla "en su sitio" en la historia, al estimar que en España ha habido un problema de "desenfoque histórico" sobre su persona, al ocultar durante el franquismo que la denuncia que lo llevó a la hoguera partió no solo de los calvinistas, sino también de los católicos.

"Se ha ocultado que lo que realmente le llevó a la hoguera fue su defensa a ultranza de la libertad y la dignidad del ser humano", según Corral, quien reconoce sin dudarlo que, además de aprender muchas cosas del siglo XVI que desconocía, esta novela es la que más le ha formado "como ser humano".

El historiador asegura que tenía un "desenfoque considerable" sobre la heterodoxia producto de una enseñanza de años por la cual el heterodoxo era "alguien marginal, paralelo al sistema", y asegura que tras su escritura ha aprendido que "es más bien todo lo contrario: el heterodoxo es el que mejor conoce la sociedad, el más implicado en transformar un sistema viciado".

"Miguel Servet me ha enseñado algo fundamental, que es el respeto y la defensa radical, a ultranza e irrenunciable, de la libertad, de la justicia y de los derechos humanos", asegura, para recordar a los más jóvenes, que han nacido ya con una democracia asentada, que "si nos despistamos, y creemos que esos derechos ya no necesitan defensa, nos equivocaremos".

"El médico hereje" relata el proceso y ejecución en la hoguera del médico y teólogo Miguel Servet en 1553 a raíz de la publicación, en una imprenta clandestina y con el ánimo de evitar la censura de la Inquisición, de su "Restitución del cristianismo".

Con esta obra, Servet revoluciona las bases de la Iglesia Romana al exponer sus ideas acerca de cómo debe ser el verdadero cristianismo y la tergiversación que ha sufrido la doctrina de Cristo por parte de papistas y reformadores, enfrentándose, entre otros, a Juan Calvino, autoridad moral de Ginebra.

"Servet es un ejemplo del pasado que se puede contemplar en el presente como una referencia", según Corral, quien reconoce que, a pesar de su integridad y su dignidad como persona, este era un hombre "orgulloso, terco, tenaz, engreído, que se creía intelectualmente superior porque él aplicaba la razón ante el dogma".

No obstante, con todos sus defectos como ser humano, él llevó la defensa de sus ideas hasta el final, hasta la muerte, al cometer un "error estratégico" y meterse "en la boca del lobo" en Ginebra ante la "conspiración" que se trama contra su persona, en un episodio en el que el escritor desvela por qué cayo en esa trampa.

"Quemaron a la persona pero no sus ideas", recuerda Corral, quien considera que Miguel Servet "vuelve a estar ahora, más que nunca, en la conciencia de los europeos", y debe servir, para las generaciones futuras, como "un puente entre la defensa de los ideales del siglo XVI y los de ahora, que siguen siendo prácticamente los mismos".

Mostrar comentarios