El novillero Colombo triunfa en una corrida venezolana de matadores de toros

  • Cuatro orejas fuera del programa oficial cortó el joven novillero venezolano Jesús Enrique Colombo en la corrida sabatina de la Feria de la Virgen de Regla de la ciudad andina venezolana de Tovar.

Santiago Morales

Tovar (Venezuela) 15 sep.- Cuatro orejas fuera del programa oficial cortó el joven novillero venezolano Jesús Enrique Colombo en la corrida sabatina de la Feria de la Virgen de Regla de la ciudad andina venezolana de Tovar.

El programa oficial anunciaba siete toros de la divisa colombiana del Capiro, propiedad de don Dayro Chica, incluido un toro de rejones para Colombo, quien también se las vio ante un novillo de la divisa de Campolargo.

La terna de matadores de toros la integraron el colombiano Sebastián Vargas, el español Iván García y el venezolano Hassan Rodríguez "El Califa de Aragua", que hacía su debut en esta plaza de la ciudad de Tovar del estado Mérida (noroeste).

El coliseo de Tovar registró una asistencia de cerca de 10.000 espectadores, más de tres cuartos de su aforo en la que fue la tercera corrida de la Feria.

Vargas: Palmas y ovación.

García: Dos avisos y silencio.

"El Califa de Aragua": Silencio y aviso.

Colombo: Dos orejas y dos orejas.

Vargas estuvo torero en sus dos astados, pero no había tela que cortar y se fue sin orejas.

García estuvo a la altura de su primero, para el cual el público pidió el indulto. El palco no lo concedió y el madrileño perdió unas orejas que hubiese ganado de haber matado en su momento al astado y no esperar a que le perdonaran la vida.

Su segundo no permitió lucimiento y aunque alternaron los tres coletas en banderillas de ahí no pasó.

"El Califa de Aragua", que tampoco tuvo opción de triunfo en sus dos toros, invitó a banderillear a sus alternantes.

El triunfo, en definitiva y por sorpresa, fue para el alumno de la Escuela Taurina de San Cristóbal, Enrique Colombo, quien cortó las dos orejas al toro que era para rejones y las otras dos al octavo que cerró de noche la corrida.

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